Hace unos días, el INEGI dio a conocer los resultados de su Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC) para abril. La buena noticia es que el Indicador Coincidente entró a la fase de “recuperación”, después de haber permanecido en la de “recesión” por 22 meses. Esto significa que el componente cíclico del indicador empezó a crecer por primera vez en 23 meses, aunque todavía se ubica por debajo de su tendencia de largo plazo. Si añadimos la información proporcionada por el Indicador Adelantado, que está creciendo y se ubica por arriba de su tendencia de largo plazo, muy pronto deberíamos encontrarnos ya en una nueva fase de “expansión”.
El Indicador Coincidente es un índice compuesto de seis indicadores que “coinciden” con el ciclo económico, por lo que ayuda a determinar si la economía se ubica por encima o por debajo de su tendencia de largo plazo y a la vez, si la brecha se está ampliando o reduciendo. Resulta importante recalcar que esta metodología de la OCDE, conocida como “ciclo de crecimiento” y adoptada por el INEGI, no utiliza el término “recesión” en su sentido original o clásico Si se ubica por debajo de su tendencia y la brecha se está ampliando, este enfoque dice que la economía se encuentra en fase de recesión, aun si la actividad económica crece. En cambio, la definición clásica de recesión implica que la actividad económica está disminuyendo en forma generalizada y sostenida. Así es cómo debemos interpretar estas fases del SIC, es decir, estábamos en una brecha negativa respecto a la tendencia de largo plazo, más no en una recesión “clásica”.
Independientemente de la controversia que se suscitó a raíz de las grandes confusiones que generó el INEGI al introducir el SIC, debemos tomar la nueva trayectoria del indicador como señal positiva del rumbo de la economía. De entrada, tres de los seis componentes del indicador cíclico se ubican en “recuperación”, mientras que los otros tres están ya en “expansión”. Esto significa que mientras todos señalan una mejoría, el comportamiento de la actividad industrial, los asegurados permanentes del IMSS y la desocupación urbana se ubican incluso por encima de su tendencia de largo plazo.
Pero posiblemente la mejor noticia de todas en torno al SIC, es el hecho de que los seis componentes y el total aumentaron todos en abril, algo que no se había visto desde febrero de 2012 y que sólo ha ocurrido tres veces desde abril de 2004. Incluso, si examinamos los últimos (casi) 33 años después del boom petrolero (un total de 391 meses), encontramos que esto solo ha ocurrido en 41 ocasiones, es decir, cerca del 10 por ciento del tiempo. En otras palabras, parece ser que la tan anhelada mejoría económica, que tanto han prometido los funcionarios públicos, empieza a asomarse.
Hasta allí se acaban las buenas noticias; ahora vamos a poner todo esto en contexto. En los 22 meses que duró la tendencia negativa del Indicador Coincidente, los primeros 14 fueron de “desaceleración” (es decir, disminuyendo pero todavía por encima de la tendencia de largo plazo) y los últimos 8 fueron de “recesión”. Sin embargo, el pico registrado en abril de 2012 fue significativamente inferior a cualquier otro registrado desde que existen los datos del SIC, mientras que la “expansión” que tuvimos después de la gran recesión de 2008-2009 fue de las más breves. Si bien es cierto que la “recesión” fue muy ligera (poca profundidad y duración), también es de esperar que nuestra nueva fase de recuperación y posterior expansión serán muy lentas. En otras palabras, iniciamos una nueva etapa de crecimiento pero todavía no promete ser muy vigorosa.
Por último cabe señalar que el SIC mapea la economía en relación a su tendencia de largo plazo y los datos señalan que hemos estado muy cerca de esta tendencia en los últimos cuatro años. Lo que no revela el SIC es la tasa de crecimiento tal cual de la tendencia, ya que la iguala a 100 a través del tiempo. Sin embargo, podemos intuir que después de décadas de casi no crecer, la tasa debe ser muy baja. En otras palabras, si en los siguientes meses logramos crecer ya por arriba de 100, no podemos presumir de mucho, ya que de todos modos estaremos al borde de la mediocridad.
Si buscamos pasar del SIC a lo que pudiera implicar para el crecimiento del PIB, podemos intuir que la tendencia de largo plazo no puede ser muy superior al 2 por ciento. Posiblemente este año alcancemos crecer ligeramente más que el doble que el año pasado, es decir un poco más de ese 2 por ciento y todavía lejos de lo que necesitamos.
Excelente blog Jonathan; tienes un nuevo lector. Saludos.
Jonathan,
Tu publicación en Reforma me despertó la curiosidad por esta metodología de la OCDE incluso presenté la gráfica publicada en SIC de abril en mi junta de staff. Estoy atento a los resultados de este Julio que sera el análisis de mayo para saber si en verdad estamos en una recuperación. Sin meter mucho análisis veo una recuperación en el Mercado.
Saludos