La semana pasada, el Presidente de la República anunció que propondrá a Agustín Carstens para un periodo más de seis años como Gobernador de la Junta de Gobierno del Banco de México. Una vez ratificada la designación por el Senado de la República, Carstens ejercerá el puesto del 1 de enero de 2016 al 31 de diciembre de 2022. El nombramiento no fue sorpresa, ya que desde hace más de un año se perfilaba como el favorito. Los resultados que ha logrado en su primer periodo y su prestigio internacional lo hacían el candidato ideal para la comunidad financiera, tanto nacional como internacional.
En la página del Banco se puede leer los puestos y distinciones que ha obtenido a lo largo de su primer periodo. Desde 2010 es miembro del Grupo Director del Consejo de Estabilidad Financiera. En enero de 2011, el Consejo de Administración del Banco de Pagos Internacionales lo eligió como nuevo integrante. De abril de 2013 a marzo de 2015 presidió el Comité Permanente de Evaluación de Vulnerabilidades del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), encargado de monitorear y evaluar las vulnerabilidades que pudiesen afectar al sistema financiero global y proponer acciones pertinentes. A partir de julio de 2013 preside el Comité Económico Consultivo y la Reunión de la Economía Mundial del Banco de Pagos Internacionales, que llevan a cabo tareas de coordinación y cooperación entre bancos centrales en pro de la estabilidad monetaria y financiera global. Fue nombrado por la revista The Banker como Banquero Central de 2012 y por la revista Euromoney como Banquero Central de 2013. Finalmente, a principios de este año fue elegido por los miembros del Comité Monetario y Financiero Internacional, el órgano rector de las políticas del Fondo Monetario Internacional, como Presidente del Comité para un periodo de tres años.
En los primeros cinco años como Gobernador logró que la inflación mantuviera un promedio anual de 3.9 por ciento, ligeramente por debajo del techo del intervalo fijado por la Junta de Gobierno como aceptable. Sin embargo, no fue hasta este año que se acercó al objetivo puntual de 3 por ciento. En agosto la inflación llegó a un mínimo histórico de 2.59 por ciento anual y ha permanecido por debajo de 3 por ciento por cuatro meses consecutivos. En los primeros ocho meses de 2015 la inflación lleva un promedio de 3.34 por ciento y es muy posible que termine en diciembre justo en su objetivo.
Con tanto reconocimiento y buenos resultados, era difícil pensar que el Presidente hubiera escogido a otra persona. Sin embargo, se sabía que no había muy buena química entre él y el Secretario de Hacienda. Era el típico choque entre dos personalidades muy fuertes y una batalla de arrogancia. Por lo mismo, en los primeros años de este sexenio se pensaba que la SHCP buscaría cambiar poco a poco los integrantes de la Junta. Pero la primera señal a lo contrario vino con la ratificación por un periodo más de Roberto del Cueto el año pasado. Finalmente, ante la volatilidad financiera internacional, la depreciación acelerada de la moneda y la caída en la confianza empresarial de este año, su reelección era el camino deseado.
Difícilmente podríamos encontrar un candidato más calificado en el país. Su padrino, Miguel Mancera Aguayo, lo cultivo y se aseguró que tuviera la educación y experiencia apropiada. Cuando regresó de estudiar su doctorado en la Universidad de Chicago y se incorporó al Banco en el área de cambios, Mancera se ocupó de que tuviera una carrera meteórica en una institución caracterizada por ser conservador. En sus primeros 20 años que estuvo allí, pasó por prácticamente todos los puestos clave y acumuló experiencia en todos los niveles y áreas, por lo que su conocimiento del Instituto y del manejo de la política monetaria era completo. Para terminar de prepararse para el puesto de Gobernador, pasó por la Subsecretaría y Secretaría de Hacienda y finalmente en el FMI como Subdirector Gerente.
Agustín Carstens es una persona ambiciosa, por lo que aspira al puesto de Christine Lagarde al frente del FMI. Para lograr llegar a la cima de ese organismo, necesita los recursos y posicionamiento que implica el Banco de México. Pero si no lo logra, su edad de 57 años lo deja listo para un tercer periodo a partir de 2023. El peligro que esto representa es que el Gobernador del Banco Central tiene demasiado poder y no está sujeto a chequeos y balances suficientes. Su puesto le permite hacer lo que él quiera y disponer de los recursos que desea. En momentos, parece tener más poder y campo de acción que el Secretario de Hacienda.