Desocupación o Desempleo

Hace unas semanas abordé el tema del desempleo con la observación central de que una tasa de alrededor de 2% de crecimiento del PIB en Estados Unidos es suficiente para reducir (aunque lentamente) su tasa de desempleo, mientras que en México una tasa de crecimiento al doble es insuficiente. La tasa de desempleo de abril, que se dio a conocer la semana pasada, confirma lo dicho: las tendencias tanto de la tasa nacional como la urbana mantienen su ritmo lateral.

Desde hace mucho tiempo he argumentado que se debe considerar las tasas de desempleo urbano y rural por separado, dado que obedecen a estructuras diferentes y requieren políticas públicas distintas. El INEGI me aclaró que la recomendación de la OCDE es construir una tasa nacional, que es la base de comparación de todos sus países miembros. Visto bien, tiene una lógica importante que tiene que ver con la consistencia con el PIB y las cuentas nacionales. Ya había mencionado que dado que el PIB es un concepto que se construye mediante el valor agregado, una persona que trabaja aunque sea una hora a la semana contribuye a este valor y por lo tanto debe considerarse como empleado. En el mismo sentido, dado que el PIB abarca las actividades primarias, los conceptos de empleo y desempleo deben considerar todos los ámbitos.

Aun así es importante considerar las tasas urbanas y rurales por separado, ya que ayuda a entender la estructura laboral del país. Existe una correlación muy elevada entre el tamaño de la ciudad y la tasa de desempleo.  Por ejemplo, el INEGI reportó que la tasa nacional de desempleo en el primer trimestre de este año fue 4.9%. Si lo descomponemos por tamaño de ciudad, resulta que la tasa de las áreas más urbanizadas (ciudades de más de 100 mil habitantes) es de 5.7%, mientras que la de áreas urbano medio es de 5.0%, de urbano bajo de 4.1% y de comunidades rurales (poblaciones menores a 2,500 personas) es de 3.3%. Otra característica es que entre más grande sea la ciudad, la tasa de desempleo tiene mayor volatilidad.

En sí, las tasas de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) no se ponderan, ya que cada vivienda en la muestra tiene su propio factor de expansión o ponderador. No obstante, existe una ponderación ex-post implícita que se puede obtener al dividir la población desempleada por la PEA de cada grupo. Para el primer trimestre de 2013, resulta que las áreas más urbanizadas representan 51.3% del total, mientras que el urbano medio es 15.1%, urbano bajo 13.7% y las comunidades rurales 19.9%. En sí, la tasa nacional resulta menor, porque se incorpora una tasa muy baja y estable de las comunidades rurales, que representan alrededor del 20% del total.

Básicamente lo mismo resulta si agrupamos los estados por nivel de desarrollo. Los más avanzados, que contribuyen más al PIB nacional, son los que tienen las tasas de desempleo más elevadas, mientras que los estados más pobres muestran casi siempre tasas mucho más pequeñas. Esto nos lleva a subrayar una diferencia primordial: no es lo mismo los problemas de desempleo que los de pobreza e desigualdad.

Existen muchos mitos y malentendidos sobre el desempleo en México. Uno resulta de rebautizar el desempleo como “desocupación”, término que no parece existir en algún lugar fuera del INEGI. Me imagino que algún funcionario (no economista) confundía el empleo como una situación particular o un subconjunto de la “ocupación”, en que existe una relación laboral con una instancia superior a la que le rinde cuentas. Sin embargo, esta confusión no existe en ningún otro lugar. Por ejemplo, en Estados Unidos el desempleo es “unemployment” y no existe el concepto de “unoccupied rate”. Hace poco tuve la oportunidad de asistir a una presentación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y nunca hubo referencia a una tasa de desocupación. Al preguntar sobre la distinción, el funcionario no tuvo respuesta y dijo que no sabía por qué el INEGI acuñaba su propia terminología.

El uso de jerga distinta a la de los economistas ha creado más confusión que aclaración. Por ejemplo, una persona me decía que la tasa es muy baja en México porque el INEGI mide la desocupación en vez del desempleo como en el resto del mundo. Le tuve que explicar que realmente no era cierto, ya que la desocupación del INEGI tiene la misma definición que el desempleo en el resto del mundo, es decir, una persona que no tiene trabajo (situación) y que lo busca en forma activa (comportamiento). El INEGI tiene cuidado en no utilizar la palabra “desempleo” en sus tablas; pone el término “trabajador subordinado”. Aun así, crea confusión.

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