Dicotomía

El INEGI dio a conocer la producción industrial (las actividades secundarias) de junio de este año, que mostró un crecimiento de 0.2 por ciento respecto al mes anterior. Aunque no es una tasa elevada (implica una tasa anualizada de 2.4 por ciento), por lo menos es positiva. La producción había registrado tasas negativas en los tres meses anteriores y esta es apenas la segunda tasa positiva de los últimos siete meses. De hecho, el nivel registrado en junio se ubica -0.4 por ciento por debajo del máximo que se observó en noviembre del año pasado. Esto significa que por segundo trimestre consecutivo, la producción industrial va registrar una tasa negativa.

A nivel de subsectores, toda la industria mostró tasas positivas en junio, siendo la manufactura la que menos creció (0.1 por ciento). Esto significa que para el segundo trimestre, veremos tasas positivas en la construcción (0.3 por ciento) y la manufactura (1.0 por ciento) y una tasa negativa en minería (-3.2 por ciento). Sin embargo, a pesar de un repunte marginal en la manufactura, las exportaciones no petroleras no han logrado crecer. Para estos tres meses, se ubican -0.3 por ciento por debajo del primer trimestre. Aunque las exportaciones automotrices lograron crecer 3.3 por ciento, las manufactureras no automotrices (que representan alrededor de dos terceras partes) disminuyeron -2.2 por ciento. Queda claro que en esta ocasión la depreciación del peso mexicano no ha ayudado a las exportaciones.

No obstante, lo que más preocupa de las actividades secundarias es la construcción. Ya sabíamos que las obras de ingeniería civil, asociadas con la inversión pública, simplemente no han podido encontrar el camino en lo que va del sexenio. Pero la edificación llegó a un máximo en enero y desde entonces muestra una clara tendencia negativa. Este subsector de la construcción, que estuvo en crisis desde mediados de 2012 hasta fines de 2013 y mostró una recuperación interesante el año pasado, ha dejado de crecer de nuevo.

Finalmente, tenemos a la minería con una tendencia negativa que ya acumula 19 meses. Aunque pudiera haber llegado ya a su punto mínimo en estos meses, no registrará tasas anuales positivas hasta mediados del año entrante. Con esta información, ya nada más nos queda esperar al jueves de la semana próxima (20 de agosto) para que el INEGI nos informa el crecimiento del PIB del segundo trimestre. Si la contribución de las actividades secundarias volverá a ser negativa, ¿qué podemos esperar del resto de la actividad económica?

Afortunadamente, los indicadores de las actividades terciarias siguen relativamente bien. La ANTAD anunció ayer que las ventas reales de las tiendas totales asociadas al organismo crecieron 7.8 por ciento en julio. Con esta cifra, tenemos que el crecimiento promedio anual de los primeros siete meses del año se ubica en 6.3 por ciento, muy por arriba del promedio de 2014 de 1.1 por ciento. Igualmente, la AMIA reportó que las ventas internas de automóviles crecieron 16.1 por ciento en julio, lo que implica una tasa promedio anual de lo que va de 2015 de 21.1 por ciento, igual, muy por arriba del promedio de 2014 de 6.5 por ciento. Las cifras del INEGI señalan que las ventas al por menor llevan un promedio anual de 5.0 por ciento en los primeros cinco meses del año (comparado con 2.6 por ciento del año pasado), mientras que los ingresos por servicios registran 7.2 por ciento en lo que va el año (contra 2.7 por ciento de 2014). Sin conocer más información, estas cifras sugieren que el avance del segundo trimestre de las actividades terciarias podría resultar no tan diferente al del primer trimestre.

Todo apunta a que las cifras de crecimiento de estas actividades (secundarias y terciarias) serán similares al del trimestre anterior. Faltaría incorporar las primarias para obtener un estimado del PIB, pero en principio no debería ser muy distinto al anterior. Por lo mismo, implica haber crecido alrededor de 2.5 por ciento anual en la primera mitad del año, lo que corresponde con la expectativa actual de las encuestas para todo 2015.

El problema es la segunda mitad. Si el crecimiento trimestral de cada uno de los siguientes dos trimestres es parecido al de los primeros dos del año, la tasa del PIB para 2015 terminará mucho más cerca al 2.0 por ciento. De hecho, si no hay una aceleración visible en el segundo semestre, el avance del PIB de 2015 podría ubicarse muy cerca a lo que fue en 2014.

Tenemos una clara dicotomía en la actividad económica: actividades secundarias estancadas y terciarias que avanzan a un paso interesante. ¿Qué podrá cambiar?

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