Incertidumbre

La semana pasada, el INEGI dio a conocer el crecimiento de la actividad económica del segundo trimestre del año. No fue necesariamente mala noticia, ya que crecimos ligeramente más en el segundo trimestre (0.50 por ciento) que en el primero (0.43 por ciento), mientras que las cifras fueron un poco mejor a lo que se anticipaba. No obstante, prácticamente todos los analistas tuvieron que revisar sus expectativas para el año a la baja, ya que no se prevé una mejoría para la segunda mitad del año. El Banco de México fue de los primeros, ya que una semana antes anunció que ahora anticipa 2.1 por ciento de crecimiento en el año (el punto medio de su intervalo de 1.7 a 2.5 por ciento). La SHCP también se vio obligado a rectificar su expectativa a la baja, a una tasa de 2.4 por ciento (el punto medio de su intervalo de 2.0 a 2.8 por ciento). El mismo día salió la primera encuesta de expectativas (la Encuesta Quincenal de Expectativas de Instituciones Financieras que levanta Banamex) con una revisión a la baja a 2.3 por ciento. Es casi un hecho que cuando salgan las siguientes encuestas (por ejemplo, la de los Especialistas en Economía del Sector Privado que publica Banxico a principio de mes y la Encuesta Mensual de Expectativas del IMEF de la segunda semana de septiembre), veremos un nuevo consenso entre 2.2 y 2.3 por ciento para el año.

¿Qué implican estos números? Si el crecimiento de los últimos dos trimestres del año resulta muy similar al de los primeros dos, el PIB crecerá alrededor de 2.3 por ciento en 2015. El punto medio del intervalo de la SHCP (2.4 por ciento) implica una ligera aceleración en el crecimiento en la segunda mitad del año, mientras que para alcanzar 2.5 por ciento necesitaríamos crecer casi al doble. Sin embargo, el punto medio del intervalo de Banxico (2.1 por ciento) implica una desaceleración respecto al ritmo actual. La SHCP mantiene una parte demasiado optimista (crecer arriba de 2.5 por ciento), mientras que Banxico tiene una parte muy pesimista (por debajo de 2.0 por ciento). La información disponible al momento sugiere que lo más probable sea una tasa que se ubique en la intersección de los dos intervalos de estas instituciones, es decir, entre 2.0 y 2.5 por ciento. ¿Qué significa? La SHCP sostiene una posición relativamente optimista, Banxico es más pesimista y el consenso del mercado se ubica en medio.

Hasta ahora el crecimiento es resultado de actividades secundarias muy decepcionantes (construcción, minería y manufactura) y actividades terciarias (comercio y servicios) sorprendentes. Las exportaciones no petroleras, que siempre habían sido el motor principal de crecimiento, están estancadas (en especial las manufactureras no automotrices), mientras que la construcción presenta de nuevo una tendencia a la baja. Sin embargo, a pesar de tener el motor principal apagado, la economía interna (en especial, el consumo) crece relativamente bien. Los crecimientos anualizados del segundo trimestre de las actividades secundarias fue -0.1 por ciento, mientras que las actividades terciarias avanzaron 3.8 por ciento.

Lo que llama la atención es la forma engañosa y amañada que presentó la SHCP las cifras para tratar de mostrar que vamos mucho mejor ahora. Cuando anuncio su revisión de expectativas, dijo que el crecimiento anual del segundo trimestre (2.2 por ciento) fue mayor al del año pasado (1.7 por ciento), pero no aclaró que fue simplemente por efectos de calendario. Si hacemos la comparación como debe de ser, resulta que este trimestre (2.2 por ciento) fue menor al del año anterior (2.9 por ciento). También dijo que el crecimiento anual del segundo trimestre (2.2 por ciento) fue superior al crecimiento de todo el año pasado (2.1 por ciento). Sin embargo, es una comparación no válida, ya que compara el crecimiento acumulado de cuatro trimestres con un promedio. Si compara el promedio de los últimos cuatro trimestres con el promedio de los cuatro trimestres de 2014, claramente estamos creciendo menos. Tal parece que ponen a los analistas de la SHCP a calcular todas las tasas de crecimiento posible para buscar las que aparentan favorables, sea válida o no la comparación.

Vivimos un momento de mucha incertidumbre, caracterizado por una hipersensibilidad y paranoia en los mercados globales. Dentro de lo que cabe, México no va tan mal, ya que seguimos creciendo (aunque sea a una tasa mediocre) y hemos contenido el posible impacto inflacionario de una depreciación exagerada. Por lo mismo, necesitamos un gobierno que no nos quiera ver la cara y que sea franco con la población.

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