La Economía a los 100 Días

El arranque del sexenio ha sido muy prometedor.  Las esperanzas se encendieron con el Pacto por México, un gran acuerdo entre todos los partidos políticos para poner al país primero y relegar las diferencias políticas que nos estancaron en años anteriores.  En sus primeros 100 días, parece ser que Enrique Peña Nieto ha hecho más que Felipe Calderón en seis años. Ya tenemos las primeras reformas laboral y educativa, mientras que ya se presentó la reforma de telecomunicaciones.  Todo indica que muy pronto se presentarán las reformas de mayor impacto, la fiscal y la energética.

Lo que ha mostrado el nuevo presidente son grandes habilidades de negociación y conciliación, a tal grado que hay un optimismo renovado que no se veía en mucho tiempo.  El extranjero nos ve con buenos ojos y nos sitúa en los primeros lugares de los países más prometedores.  Localmente, el optimismo es más cauteloso ya que sabemos que el camino a recorrer no es tan fácil.  En otras ocasiones hemos experimentado grandes esperanzas para después sentirnos defraudados y frustrados.

No obstante, el buen comienzo se concentra en lo político.  La actividad económica está en una fase de desaceleración peligrosa que empezó a mediados del año pasado.  Los primeros indicadores económicos disponibles para enero y febrero sugieren que este trimestre será el de más bajo crecimiento de los últimos tres años.  Nuestro motor principal de crecimiento, las exportaciones no petroleras, tuvieron un desempeño muy pobre en diciembre y enero, mientras que las cifras de producción automotriz de febrero apuntan a otro mes apático.  La producción manufacturera de enero avanzó tan sólo 0.05% respecto al mes anterior y su crecimiento anual apenas registra 2.0%.  En marzo se presentará el fenómeno de la Semana Santa, del cual estaremos comparando el mes con menos días laborales con el del año pasado con más (ya que la Semana Santa en 2012 fue en abril).

Habrá que tener cuidado.  Al mes que Ernesto Zedillo tomó posesión la economía se derrumbó.  Cuando fueron las elecciones de 2000 la economía venía creciendo a un ritmo de 7%, pero seis meses más tarde cuando llegó Vicente Fox a la presidencia, la economía entró en recesión.  El mejor año de crecimiento del sexenio fue el último, 2006, justo cuando ganó Felipe Calderón.  Sin embargo, empezó su primero año con una fuerte desaceleración y para 2008 la economía entró de nuevo en recesión.  De una forma u otra, parece persistir la maldición de las crisis sexenales.

La prensa internacional señala el buen crecimiento económico de México, que ha promediado 4.4% en los últimos tres años cuando la mayor parte del mundo desarrollado está en recesión (Europa) o creciendo muy por debajo de su potencial (Estados Unidos).  Si bien el crecimiento no es de lo mejores de los países emergentes, México se ha ubicado por encima del promedio de América Latina.  Sin embargo, la desaceleración de los últimos trimestres y el estancamiento del primero del año no se mencionan en los artículos.

A pesar de todo, es muy probable que la actividad económica empezará a reponerse a partir del segundo trimestre del año.  En buena medida, nuestro destino depende de la evolución del mundo desarrollado en general y de la economía norteamericana en particular.  El balance de los indicadores económicos de Estados Unidos ha sido positivo en los últimos meses y es muy probable que tenga mejor desempeño este año.  Incluso, varias instituciones financieras han revisado al alza sus proyecciones de crecimiento de nuestro país vecino para 2013.  Aunque Estados Unidos todavía enfrenta dificultades políticas en torno a posibles recortes en el gasto público, nadie anticipa un escenario recesivo.

Internamente, el gobierno ha realizado acciones que deberían apuntalar el crecimiento económico.  Las reformas aprobadas y las que pronto se presentarán, reforzarán la confianza de los productores y deberían fortalecer la inversión.  Aunque no queda claro cuál podrá ser su contribución final al crecimiento económico, la decisión de política monetaria de reducir en 50 puntos la tasa de fondeo se llevó a cabo en el momento adecuado.

La pregunta obligada es si estas acciones serán suficientes para estimular el crecimiento y así asegurar que la desaceleración actual se revierta.  Existen actualmente muchos retos políticos, pero por lo pronto el crecimiento económico es el más importante y urgente de todos.  Con crecimiento será mucho más fácil resolver la larga lista de pendientes.

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