Las noticias que se dieron a conocer sobre la actividad económica esta semana fueron en general muy positivas. Primero, las ventas al por menor de enero crecieron 0.9% (casi 11% a tasa anualizada) y después, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) del mismo mes creció 0.5% mediante buenas actuaciones en las actividades secundarias y terciarias. Sólo las actividades primarias no presentaron tasas positivas, pero debemos considerar que éstas siempre presentan una alta volatilidad y representan la parte menor de las actividades económicas. En conjunto, la economía registró mejores cifras que las esperadas y este primer mes del año sugiere que la desaceleración del trimestre anterior fue algo temporal.
No obstante, la tasa de desempleo de febrero registró un incremento sorpresivo, a tal grado que regreso a 5.2%, que era la tasa observada en septiembre del año pasado. La tasa urbana, que es mucho más relevante para el mercado laboral, regresó a 6%, que era el nivel que se había visto en julio y agosto de 2011. Sin embargo, la tendencia de la tasa muestra una dirección lateral en los últimos cuatro meses.
Debemos recordar que la tasa de desempleo tiene la característica de ser un indicador rezagado en una fase de recuperación. La razón es que las empresas tratan de mejorar sus utilidades después de una recesión y aprovechar la reducción de costos que implementaron para mejorar su productividad. Cuando ya deciden contratar, mucha gente que había dejado de buscar trabajo regresa al mercado laboral, lo que dificulta que baje rápidamente el desempleo. También es probable que la desaceleración de la actividad económica del trimestre anterior no ayudó a que las empresas empezaran a contratar más mano de obra.
Es importante no sobre analizar el aumento en la tasa de desempleo. Un dato no marca tendencia y debemos recordar que este indicador en particular muestra una muy elevada volatilidad. Por lo mismo, igual podemos observar una mejoría en marzo y el restablecimiento de la tendencia a la baja.
El dato que sorprendió de nuevo fue la inflación, ya que la tasa de la primera quincena fue apenas 0.05%. Después de que las primeras dos quincenas del año fueron muy elevadas, hemos experimentado tres quincenas consecutivas con tasas muy bajas. Sin embargo, de nuevo hubo disminuciones muy marcadas en ciertos precios de frutas y verduras, que igual ahora bajan que después suben. En especial, el precio del jitomate cayó significativamente. Por lo pronto, la inflación no nos debe preocupar mucho, salvo algunos precios en particular.
En general, las noticias que hemos acumulado hasta ahora sugieren que el comportamiento del primer trimestre del año va ser mejor a lo anticipado. Si estas buenas noticias pueden mejorar la confianza del productor, deberíamos observar más inversión en los siguientes meses, que sigue como una de las variables más rezagadas. Las empresas tienen liquidez, pero hasta ahora la incertidumbre las ha enfrenado. El problema es que todavía existen muchas incógnitas, en especial, en torno a la evolución de las economías de China, Japón y la Unión Europea.
La semana entrante conoceremos las cifras de la balanza comercial de febrero. Aquí será importante ver si las exportaciones no petroleras siguen creciendo, ya que la demanda externa es vital para promover lo que es casi nuestro único motor de crecimiento, y las importaciones, que reflejan la demanda interna.