La Medicion de la Inflacion

El INEGI reportó que la inflación de 2014, medido mediante el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cerró en 4.08 por ciento, ligeramente por arriba del límite superior del rango de variabilidad que estableció el Banco de México alrededor de su objetivo puntual de 3.0 por ciento. Sin embargo, el objetivo no es terminar el año con una inflación por debajo de 4.0 por ciento, sino mantener la inflación alrededor de 3.0 por ciento en promedio durante todo el año, sin que se desvíe en cualquier momento más de un punto porcentual. Si vemos la tasa de doce meses a través del año, encontramos que la inflación se ubicó por debajo de 4.0 por ciento en tan solo cuatro meses (de marzo a junio), llegando a registrar el mínimo del año en 3.50 por ciento en abril.
La inflación promedio del año no fue muy diferente, ya que se ubicó en 4.02 por ciento. Si observamos la tasa promedio a través del año, vemos que se mantuvo por debajo del umbral de 4.0 por ciento en los primeros diez meses, dentro de un rango más acotado de 3.71 a 3.97 por ciento, pero ya en los últimos dos meses rebasó marginalmente el umbral. Pero de todos modos, al final de cuentas las autoridades monetarias no cumplieron su cometido.
En general, el Banco Central nos ha acostumbrado a juzgar su desempeño como exitoso si la inflación termina diciembre por debajo de 4.0 por ciento (sin considerar su ubicación en los otros once meses) y como no exitoso si finaliza el año en 4.0 por ciento o más. En teoría, el Banco estableció un objetivo puntual de 3.0 por ciento, mientras que el rango de más/menos uno por ciento es simplemente de variabilidad (y no de tolerancia). Pero en la práctica es más de tolerancia, ya que las autoridades monetarias han manejado la política monetaria en función de un objetivo diferente: terminar el año por debajo de 4.0 por ciento, aunque sea 3.99 por ciento. En los doce años que tenemos el objetivo de 3.0 por ciento, hemos terminado el año por debajo de 4.0 por ciento en cinco ocasiones pero nunca por debajo (ni muy cerca) de 3.0 por ciento. Lo más bajo fue 3.33 por ciento al termino de 2005, aunque el mejor año fue 2011 con una inflación promedio de 3.41 por ciento.
Es un hecho que el Banco no logró su objetivo en 2014. ¿Mantuvieron una política monetaria demasiada laxa? En términos reales, la tasa de política monetaria ha sido negativa desde hace varios años. El último dato de la expansión de la base monetaria señala un crecimiento nominal de 17.0 por ciento. Si tomamos en cuenta que la expansión del PIB nominal en los últimos trimestres ha sido alrededor de 5.8 por ciento, entonces resulta que la inyección de billetes y moneda en la economía ha sido 10.6 por ciento superior al incremento de transacciones.
No hay duda de que la política fue significativamente expansiva. Incluso, sorprende que la inflación no haya sido más elevada. Una posibilidad es que tengamos una inflación reprimida, que se soltará en los siguientes años cuando la brecha de producto deja de ser negativa. Pero otro explicación es que la medición de los precios al consumidor no capta la inflación con la precisión necesaria.
Por ejemplo, el INEGI nos dice que el costo del servicio de telefonía móvil ha disminuido significativamente. Sin embargo, el recibo para los que no utilizan el sistema de pre-pago no refleja disminución alguna. En los paquetes de pre-pago no se da un descuento, sino se otorgan más llamadas por el mismo precio, pero en muchos casos no se utilizan por lo que no es un descuento efectivo. El INEGI utiliza una fórmula muy compleja que no queda claro si realmente capta bien o no el precio efectivo, siendo lo más probable que el precio sea mayor al cálculo utilizado.
Otro caso es el del costo de la vivienda. Mucha gente son dueños de su hogares, por más modesto que pueda ser. Aunque no pagan renta, se les imputa el valor como si lo hicieran, lo que resulta en un asiento contable virtual, que en la realidad no existe. Muchos analistas a través del tiempo han señalado múltiples fallas en las Encuestas de Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH), lo cual pone en duda muchas de las ponderaciones del gasto. Al final de cuentas, las familias utilizan mucho más de sus ingresos en mercancías alimenticias de lo que admite el INPC, lo que hace que la inflación tenga un sesgo a la baja.
¿Cuánto es la inflación verdadera que enfrenta los hogares y causa una merma directa en el poder adquisitivo? El estancamiento del consumo familiar en los últimos años nos hace pensar que el ingreso personal disponible a nivel nacional se ha deteriorado significativamente. ¿Será?

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