La Construcción

La construcción es uno de los sectores más importantes de la economía, no solo por su importancia y peso, sino además porque ha atravesado por una crisis muy compleja en los últimos dos años. El INEGI reportó el martes 30 de septiembre, que el valor de producción generado por las empresas constructoras creció 0.58 por ciento en julio respecto junio, lo cual lleva a un incremento de 0.7 por ciento en los últimos doce meses. Sin embargo, las cifras del sector son muy susceptibles a días laborales en el mes, por lo que siempre es mejor tomar la tasa anual a partir de la serie corregida (0.9 por ciento) por efectos de calendario. Hace casi tres semanas (11 de septiembre) ya nos había informado que la construcción había disminuido -0.08 por ciento en julio respecto al mes anterior, lo que implicaba un avance anual de 3.45 por ciento, pero que corregido por efectos de calendario realmente fue 3.05 por ciento. El próximo 8 de octubre, nos terminará de marear el INEGI con otras tres tasas de crecimiento para la construcción total del mismo mes.
En otras palabras, cada mes contamos con nueve tasas diferentes para este sector. Los primeros tres corresponden al reporte de la actividad industrial, en el cual se reporta el crecimiento de la manufactura, la construcción, la minería y la producción de agua, electricidad y gas. Las que se acaban de divulgar pertenecen a la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), que son básicamente empresas grandes del sector formal. Finalmente, las tasas que conoceremos en un par de semanas más son del informe de la inversión fija bruta (IFB), que contiene información de la construcción (ya que se considera inversión) y de la compra de maquinaria y equipo.
¿Por qué se publican tantas tasas, que siempre difieren entre sí? Son varias las diferencias. De entrada, el valor de la producción que reporta la ENEC es en miles de pesos constantes (a precios de junio del 2012), que se obtiene al deflactor los valores nominales por el índice de precios al productor de la construcción, mientras que las otras dos series se reportan mediante índices base 2008. Si comparamos el valor reportado con el de cuentas nacionales, observamos que son números muy distintos, siendo el primero alrededor de una séptima parte del segundo. El boletín de prensa advierte que el comportamiento de esta variable puede diferir del proveniente de las cuentas nacionales, ya que este último considera además la autoconstrucción que realizan las empresas que se ubican en las distintas actividades económicas, así como la construcción que realizan los hogares.
En principio, las cifras de la IFB se obtienen de los mismos índices incorporados a la elaboración de la producción industrial. No obstante, existen algunas diferencias básicas entre ambas series, ya que no toda las actividades de construcción se consideran inversión y viceversa. Algunos de los trabajos especializados (subsector 238 de la clasificación SCIAN) abarcan labores menores relacionadas con la construcción, pero de escala más baja, que incluye reparaciones menores y trabajos de pintura y yeso; este tipo de actividades se consideran como gasto corriente y no de capital.
Al mismo tiempo, existen algunas actividades que el SCIAN clasifica en otros sectores aunque se consideran como obras de construcción, por lo cual se tienen que incluir al considerarlas como gasto de inversión. Éstas se registran como construcción por cuenta propia de cada sector. Un claro ejemplo son las obras de perforación de pozos por parte de Pemex; al contabilizar su producción se clasifican como actividad petrolera (dentro del sector de minería) y no como construcción propia que, sin embargo, se incluye en el subíndice de construcción al constituir el indicador de inversión.
En cada tipo de obra, el SCIAN agrega los servicios referidos como administración y supervisión de obras, además de otros servicios relacionados con la construcción, pero ninguno de éstos son parte de la formación bruta de capital fijo, aunque sí se integran en el valor de la producción de la construcción (sector 23 del SCIAN).
Por último, otra diferencia entre la inversión y el valor de producción en construcción es en cuanto al tratamiento de los precios. Mientras el subíndice de construcción de la actividad industrial hace su evaluación a precios básicos, el subíndice de la inversión fija se refiere al gasto en construcción valuado a precios comprador, por lo que incluye impuestos a los productos y margen de intermediación.
¿Cómo quedamos? ¿Confundidos o simplemente mareados?

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