Las exportaciones del sector automotriz han crecido en promedio a tasas de dos dígitos desde fines de 2009. Sin embargo, el resto de las exportaciones manufactureras perdieron su dinamismo al empezar 2013 y en 20 meses tuvieron un crecimiento anual promedio de tan solo 2.3 por ciento. El resultado fue que por casi dos años, las exportaciones no petroleras crecieron a una tasa anual promedio inferior a 5 por ciento, insuficiente para inyectar dinamismo a la economía interna. La buena noticia es que en septiembre 2014 tanto las automotrices como el resto de las manufactureras crecieron con tasas de dos dígitos por primera vez desde octubre de 2012. La AMIA reportó que las exportaciones de automóviles rebasaron 257 mil en el mes, para que las exportaciones del sector registraran 10.3 por ciento más que hace un año. Ahora también respondieron el resto de las manufacturas con una tasa de 11.7 por ciento. En el pasado, hemos visto que cuando las no petroleras crecen a estas tasas, la economía interna se dinamiza.
Sabemos que el consumo de los hogares se encuentra estancada ante las limitaciones que enfrenta el ingreso personal disponible, por lo que seguramente será el último componente de la demanda agregada en crecer a tasas mayores. Esto deja a la inversión fija bruta (IFB) como el elemento que necesita contagiarse primero del dinamismo de las exportaciones. Aunque la información es más atrasada, el INEGI reportó el lunes que creció 0.4 por ciento en agosto, el quinto mes consecutivo con un avance positivo, para ya alcanzar una tasa de 4.3 por ciento superior al mismo mes del año anterior. Aunque todavía no es la tasa elevada que caracteriza a la IFB en tiempos de mayor actividad económica, por lo menos ya vemos un sólido regreso a terrenos positivos.
Uno de los elementos de la IFB que empieza a responder muy bien es la adquisición de equipo de transporte nacional, que alcanzó una tasa anual de 9.0 por ciento en agosto. El contraste con la compra de equipo de transporte importado es muy notorio, ya que éste último disminuyó -0.7 por ciento respecto al nivel que tenía en el mismo mes del año anterior. De hecho, el de transporte nacional es el elemento más dinámico de toda la IFB, ya que su nivel es de 162.4 (62.4 por ciento superior al promedio de 2008), mientras que el de transporte importado es el menos con su nivel de 77.6 (-22.4 por ciento por debajo del promedio de 2008). En general, el equipo de transporte representa el 8.2 por ciento del total de la IFB del país, siendo la importada ligeramente más importante (51.1 por ciento) que la nacional. Sin embargo, el crecimiento acelerado de la nacional respecto a la importada, nos hace pensar que en la siguiente actualización de ponderadores, esta relación se volteará.
Cuando observamos la adquisición de maquinaria y equipo distinto al transporte, encontramos que la relación es al revés. La compra de maquinaria importada crece ahora a un ritmo de 7.5 por ciento anual, mientras que la nacional apenas registró un avance de 0.4 por ciento anual. La maquinaria y equipo distinto al de transporte representa 23.6 por ciento del total de la IFB, mientras que la importada representa 76.3% de toda la maquinaria. En general, la compra de maquinaria y equipo total (tanto de transporte como lo demás y tanto nacional como importada) equivale al 31.8 por ciento de toda la IFB.
Esto significa que el resto de la IFB (el 68.2 por ciento) es construcción. Dentro de la construcción, 45.6 por ciento es residencial y 54.4 por ciento no residencial. La buena noticia es la construcción residencial ya se ubica 8.0 por ciento por encima de su nivel de hace un año. La mala es que a pesar de la buena recuperación, todavía se ubica -7.3 por ciento por debajo de su nivel promedio de 2008. La no residencial permanece estancada, pues es donde radica la mayor parte de las obras de ingeniería civil identificada con la inversión pública. La no residencial se ubica en -0.1 por ciento por debajo de su nivel de hace un año y -1.5 por ciento menor al nivel promedio observado en 2008.
En conclusión, podemos decir que la IFB empieza a mostrar señales de recuperación. Sin embargo, cuando realizamos un análisis más detallado de sus componentes, encontramos un comportamiento todavía heterogéneo. Por un lado, va muy bien la recuperación de la construcción residencial, la adquisición de equipo de transporte nacional y la compra de maquinaria importada. Pero por el otro lado, sigue muy mal la construcción no residencial, la compra de equipo de transporte importada y la adquisición de maquinaria nacional.