Errores del Sexenio

Hace 15 años escribí un libro titulado “La Maldición de las Crisis Sexenales”, que buscaba analizar una característica intrínseca de la economía mexicana: a partir de los setenta, México sufría una crisis (recesión) por sexenio. Todas tenían rasgos similares: errores de política económica, devaluaciones masivas, alta inflación, empobrecimiento de las masas e incremento en el desempleo. Peor aún, cada crisis parecía ser peor que la anterior y todas se vinculaban con el cambio de sexenio.
Uno de los objetivos del libro era el de estudiar la posibilidad de que hubiera una nueva crisis con el cambio del sexenio en 2000. Sin embargo, Ernesto Zedillo fue muy obsesivo en este sentido, ya que hizo todo a su alcance para dejar una economía estable, equilibrada y creciente a su sucesor. La actividad económica creció más de 5 por ciento en promedio en sus últimos 5 años y terminó su administración con una inflación de un solo dígito, con un superávit primario en las finanzas públicas, una tendencia de la deuda pública a la baja y un déficit pequeño en la cuenta corriente. El PAN llegó con la mesa puesta para lograr un buen desempeño en materia económica.
Sin embargo, la maldición continuó, aunque ahora caracterizada por desequilibrios externos. Tanto Fox como Calderón, tuvieron la mala suerte de que Estados Unidos experimentó recesiones en cada uno de sus sexenios, con desenlaces muy negativas para la economía mexicana. El crecimiento económico siguió con su tendencia a la baja, pues terminaron ambos sexenios con crecimientos promedios cercanos al 2 por ciento. Fueron gobiernos mediocres sin grandes alcances, pero por lo menos mantuvieron los equilibrios macroeconómicos.
Ahora arrancamos de nuevo con un sexenio de gobierno priista, que en sus dos primeros años ha producido un crecimiento todavía menor de 1.8 por ciento. Si bien hemos escapado a la recesión, hemos estado muy cerca de una, pero ya no producto de la mala suerte externa, sino de nuevo como resultado de errores de política económica. ¿Cuáles han sido los errores?
Uno de los méritos de los gobiernos de Salinas, Zedillo y Fox, fue que pusieron mucho énfasis en el saneamiento de las finanzas públicas. Sin embargo y a pesar de que se introdujo una Ley de Responsabilidad Hacendaria con Calderón, esta tendencia se revirtió a mediados del sexenio pasado a partir del momento en que dejamos de tener un superávit primario. En este sexenio, el gobierno no ha hecho un esfuerzo para corregir el rumbo, por lo que tenemos un déficit fiscal creciente, una deuda pública mayor y seguimos con déficit primario. Peor aún, el deterioro en las finanzas públicas se ha dado en el marco de una reforma recaudatoria, que restó recursos a los hogares y a las empresas, aumentando el gasto público sin repercusiones en el crecimiento económico. En otras palabras, terminamos con la peor combinación: los hogares enfrentaron mayores impuestos, las empresas tiene menos incentivos para invertir y el gobierno gasta mucho más pero sin repercusiones en el crecimiento y con un endeudamiento mayor.
Posiblemente el error más grande ha sido la ineficiencia del gasto público. A pesar de que la SHCP reporta que ha alcanzado máximos históricos, el INEGI no logra encontrar valor agregado al reportar una caída de 0.3 por ciento en términos reales en la suma del gasto corriente y la inversión pública en las cuentas nacionales. La inversión pública, que debería ser pilar del crecimiento ha registrado tasas negativas en los dos años del sexenio.
Otro error fue la crisis que dejó que se gestionara en la industria de la construcción. Al final del sexenio anterior, el gobierno congeló los subsidios para la vivienda de interés social, para que el nuevo gobierno pudiera modificar las reglas y así asegurar viviendas útiles. Sin embargo, la administración actual tardó mucho tiempo en establecer las nuevas reglas, dejando en el camino la quiebra de las grandes desarrolladoras de vivienda, con todo y su impacto sobre uno de las actividades secundarias de mayor generación de empleos.
Finalmente, el gobierno no ha logrado crear un ambiente de confianza empresarial conducente a más inversión. Entre el escalamiento de la guerra contra el narcotráfico, las desgracias producto de la infiltración del crimen organizado en los gobiernos locales, los conflictos de interés de funcionarios en sus inversiones personales, la depreciación del peso y los recortes al presupuesto han llevado a la confianza empresarial a su nivel más bajo desde la gran recesión de 2008-2009.
¿Podrá el gobierno corregir el rumbo?

1 comentario en “Errores del Sexenio”

  1. Qué tal Sr. Heath.

    Me parece muy interesante su artículo. Considero que hace falta un diseño de una política industrial, concepto que lleva décadas sin existir en México. Es justamente el modelo económico el que hace falta cambiar para poder crecer, y no sólo crecer, sino hacerlo de manera equitativa.

    Uno de los sectores de la economía que se ha apoyado incondicionalmente desde la administración pública y los medios de comunicación ha sido la industria automotriz. Pues bien, me gustaría que revisara una gráfica que ilustra el por qué la inversión en dicho sector ha estado llegando a chorros en los últimos años… y los que vienen.

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