No es tan fuera de lo común encontrar opiniones diferentes sobre México (y me imagino sobre cualquier país) dentro y fuera del país. Es más, las opiniones en el extranjero suelen ser más optimistas comparadas con los que residen en México. Podríamos pensar que los que viven fuera del país tienen menos información y no tienen la misma experiencia del vivir el día a día los problemas y dificultades que se presentan. Por ejemplo, no viven el caos diario del tráfico, las manifestaciones continuas, la toma del Zócalo o del Monumento de la Revolución, etc. Tampoco conocen nuestra historia con el mismo detalle y sentimiento. Por ejemplo, en 1994 antes de la devaluación de diciembre, los extranjeros traían sus fondos de inversión a México con base en los indicadores económicos existentes. Sin embargo, los mexicanos ya estaban comprando dólares porque sabían que había una crisis al final de cada sexenio. Si compramos esta hipótesis, podríamos decir que los que residen aquí son más realistas y por tanto, más pesimistas.
Pero también se puede argumentar que los mexicanos tienen una visión más sesgada y subjetiva, menos apegado a los hechos fríos. No porque hemos tenido devaluaciones continuas en el pasado significa que vamos a volver a sufrir la misma experiencia, en especial cuando ya no hay la inflación de antes, el déficit externo es muy pequeño y las finanzas públicas están sanas (bueno, más o menos). No porque las pocas reformas que tuvimos a lo largo de la década anterior fueron ineficaces, significa que las que se han aprobado ahora también lo van a ser. Si esta visión es correcta, entonces podemos pensar que los extranjeros son más realistas y por tanto, más optimistas.
Independientemente de quien tenga razón, llama la atención la gran divergencia entre el pesimismo interno y el optimismo externo que existe en este momento. En el exterior, siguen con el tema del “momento México”. Moody’s y Standard & Poor’s, las dos empresas calificadoras más importantes del mundo, han mejorado nuestra calificación de riesgo-país, argumentando principalmente que las diez reformas aprobadas van a transformar al país y permitir que ahora si podamos crecer. Banker’s, una revista Europea que se especializa en temas financieros, le otorgó el premio del Ministro de Finanzas del año a nuestro Secretario de Hacienda por haber empujado las reformas. Medios tan importantes como el Financial Times, The Economist y el New York Times, escriben regularmente sobre el futuro promisorio del país. Sin duda, México está en la mira del resto del mundo como uno de los países con más potencial.
En cambio en México, la mayoría de los analistas se burlan del “momento México”, ven como se desvanece el Pacto para México y anticipan un año ríspido de manifestaciones y actos de desobediencia civil como protesta por las reformas. Pero no sólo el círculo rojo exterioriza su pesimismo, sino también los hogares. El Indicador de Confianza del Consumidor lleva 13 meses con una tendencia negativa, mientras que el resultado de enero se acerca a los mínimos visto en la gran recesión de 2009. La confianza empresarial también desciende rápidamente en todos los sectores que reporta el INEGI.
Quién sabe quién tendrá la razón al final de cuentas. Posiblemente nos encontremos a mitad del camino, con algo más de crecimiento como anticipan los extranjeros, pero sin que sea espectacular como se espera aquí. Pero hoy tenemos que reírnos de la ironía de que prácticamente a la misma hora que el INEGI nos reportaba un desplome en la confianza de los consumidores, Moody’s estaba informando su decisión de mejorar nuestra calificación de riesgo-país, llevándonos ya a la familia de los “A”, que refleja una capacidad fuerte (ya no simplemente adecuada) de cumplir con nuestras obligaciones crediticias. Mientras que los consumidores ven los efectos negativos de la reforma fiscal, Moody’s argumenta que la misma reforma hará maravillas para el país. Mientras que los consumidores manifiestan menos apoyo al gobierno y baja la popularidad del presidente, Moody’s piensa que el gobierno toma las acciones correctas y habla muy bien de Enrique Peña Nieto.