Desaceleración

El INEGI informó que la tasa de crecimiento del PIB del tercer trimestre fue negativa, de -0.3 por ciento. La noticia en sí no fue de sorpresa, ya que no fue muy distinta a la tasa del estimado oportuno anunciado hace tres semanas de -0.2 por ciento. Sin embargo, al igual cuando se anunció el cambio de año base, sigue sorprendiendo las revisiones de cifras anteriores. Los cambios anunciados nos relatan un comportamiento muy distinto de este año a lo que pensábamos apenas hace un mes. Primero, el 31 de octubre presentó el INEGI el cambio de año base de las cuentas nacionales que, en sí, significa una revisión a casi 60 millones de datos. En este proceso observamos, por ejemplo, que el crecimiento de 2016 no fue de 2.3 por ciento como se había informado a principios de año, sino más bien de 2.9 por ciento y en especial, se revisó al alza el crecimiento del último trimestre del año. Posteriormente, con la presentación del cálculo tradicional del PIB del tercer trimestre se revisó a la baja el crecimiento del segundo trimestre a 0.3 por ciento (antes se había reportado 0.6 por ciento).

¿Qué significa tanto cambio para el comportamiento de la economía en 2017? A iniciar el año, las expectativas eran pesimistas. La llegada de Trump, las perspectivas de la renegociación del TLCAN, el gasolinazo y la trayectoria de la política monetaria de Estados Unidos, hicieron que prácticamente todos los analistas revisaran a la baja sus expectativas de crecimiento para el año. Sin embargo, en lo que fuimos conociendo las cifras de crecimiento, encontramos que no hubo una desaceleración significativa del PIB en los primeros trimestres del año. Los números originales decían que después de crecer 0.7 por ciento en el cuarto trimestre de 2016, crecimos 0.6 por ciento en cada uno de los dos primeros trimestres de 2017. Nos quedamos con la explicación de que en cada uno de los tres trimestres crecimos más o menos igual, aunque fue cambiando el dinamismo de un componente del PIB a otro. En el primer trimestre fueron las exportaciones y en el segundo fue el consumo privado lo que permitió que la expansión de la economía continuara a un mismo paso.

Pero ahora cambia esa interpretación. Los nuevos números dicen que después de crecer 1.0 por ciento en el cuarto trimestre de 2016, hubo una desaceleración marcada en cada uno de los tres trimestres siguientes: 0.6 por ciento en el primero, 0.3 por ciento en el segundo y ahora, -0.3 por ciento en el tercero. Lo que pensábamos que iba pasar y después vimos que no paso, ahora resulta que siempre sí pasó. Si estudiamos bien los indicadores disponibles, encontramos que lo que más explica la desaceleración en la economía es la disminución paulatina en la producción del petróleo y la falta de dinamismo en la inversión privada.

¿Qué podemos anticipar para el cierre del año? Si extrapolamos la trayectoria de los últimos cuatro trimestres hacia el último del año, llegamos a una conclusión muy pesimista. Sin embargo, la caída del tercer trimestre se explica en parte por las afectaciones de los sismos en septiembre (la actividad económica disminuyó -0.5 por ciento en eses mes), lo cual es de carácter temporal. Por lo mismo, es de esperarse un rebote en la actividad económica en el cuarto trimestre. No obstante, el fracaso de ronda cuatro y las posiciones absurdas de Estados Unidos en el proceso de renegociación hacen prever una mayor probabilidad de que no tengamos un TLCAN 2.0 el año entrante. Esto seguirá frenando la inversión privada, limitando las posibilidades de un mayor dinamismo.

Por lo pronto, el Banco de México anunció una revisión a la baja en su estimado de crecimiento del PIB para 2017, de 2.25 por ciento (punto medio de su intervalo) a 2.05 por ciento. La siguiente encuesta de expectativas que veremos es la que levanta Banxico a los “especialistas” en economía, que se publicará el viernes, 1 de diciembre. Sin embargo, el último día de entrega fue el viernes 24, el mismo día que INEGI publicó sus últimos datos. No queda claro que los participantes tuvieron tiempo para revisar sus expectativas. El próximo martes, 5 de diciembre, conoceremos las expectativas de las instituciones financieras, mediante la encuesta que recopila Citibanamex cada quince días. Es muy probable que allí veamos reflejado esta desaceleración en una revisión a la baja en el consenso, aunque sea por uno o dos décimas.

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