Los cambios tecnol贸gicos han llevado a que cada vez se utiliza menos efectivo para las transacciones diarias. Primero, fue la tarjeta de cr茅dito, que brind贸 la oportunidad de pagar a plazos, sin tener que contar con efectivo en el momento. Despu茅s fueron las maquinas ATM, que permitieron disminuir la cantidad de efectivo que tra铆amos en un momento dado, ya que era m谩s f谩cil conseguir billetes en un momento dado. Posteriormente, las transferencias electr贸nicas transformaron las transacciones al ni siquiera tener que contar con efectivo. Ahora se pueden realizar v铆a tel茅fono y hasta con las nuevas crypto monedas. Por all铆 le铆 que ya hay expertos que piensan que pronto pr谩cticamente desaparecer谩 el efectivo tal cual.
Por lo mismo, llama la atenci贸n que el Banco de M茅xico report贸 que la base monetaria (billetes y monedas en circulaci贸n) tuvo una variaci贸n anual de 10 por ciento en la semana que termin贸 el 15 de junio. De hecho, el promedio mensual de la variaci贸n anual de enero de 2014 a la fecha es de 14.6 por ciento. Lleg贸 un momento (en 2015), que la tasa anual se ubicaba por encima de 20 por ciento. Si eliminamos la inflaci贸n, el crecimiento real ha promediado 10.2 por ciento de 2014 a la fecha y alcanz贸 su pico en marzo de 2015 cuando se registr贸 una tasa de 20.3 por ciento.
En principio, la base monetaria deber铆a crecer al parejo del PIB nominal, que de alguna forma representa el valor de las transacciones que realizamos. El PIB nominal crece porque hay m谩s inflaci贸n y porque hay m谩s transacciones reales. En ambos casos necesitar铆amos m谩s efectivo. Sin embargo, con los adelantos tecnol贸gicos, deber铆amos observar que la relaci贸n de la base monetaria al PIB nominal disminuye con el tiempo, ya que cada vez m谩s deber铆a realizarse m谩s transacciones con formas alternativas de pago. Sin embargo, como podr谩n apreciar en la gr谩fica adjunta, desde 2000 a la fecha sucede justamente lo contrario; existe un uso continuo creciente de efectivo a lo largo de los 煤ltimos 18 a帽os. De hecho, a partir de 2015 la relaci贸n de la base monetaria al PIB es la m谩s elevada desde 1950.
En principio, podemos explicar la disminuci贸n en el uso de efectivo que se observ贸 entre 1977 y 1996 mediante la existencia de una inflaci贸n elevada. Cuando hay mucha inflaci贸n, las personas buscan mantener un saldo monetario menor, ya que el valor de la moneda se pierde r谩pidamente. Preferimos mantener el dinero en una cuenta bancaria que brinda inter茅s. La primera fase ascendente de esta relaci贸n, a partir de 2000, coincide con el abatimiento inflacionario que produce tasas de un solo d铆gito. Poco a poco, la gente empez贸 a mantener mayores saldos monetarios, ya que el costo de oportunidad era menor. A partir de 2007 ya hab铆amos regresado al nivel que se observ贸 antes del comienzo de la inflaci贸n. Sin embargo, el uso de efectivo con relaci贸n al PIB sigui贸 creciendo, en especial a partir de 2014. De hecho, las tasas anuales promedio de 2014, 2015 y 2016 fueron de dos d铆gitos en t茅rminos reales. No solo utilizamos cada vez m谩s efectivo, sino a un ritmo impresionante.
驴C贸mo lo podemos explicar? Una raz贸n fundamental fueron las reformas tributaria y financiera de 2014 que, entre otras cosas, promovi贸 mucho m谩s la fiscalizaci贸n y medidas para combatir el lavado de dinero. Estas reformas fracasaron, ya que lo que provocaron fue el uso m谩s intensivo de efectivo, justamente para evitar la fiscalizaci贸n. Hoy en d铆a, el SAT puede f谩cilmente cruzar la informaci贸n de nuestras declaraciones de impuestos con el uso de nuestras tarjetas. Si una persona declara un ingreso de 10 mil pesos al mes y gasto m谩s de 50 mil en promedio en su tarjeta de cr茅dito, es muy probable que tendr谩 una auditor铆a del SAT. La soluci贸n es usar m谩s efectivo y menos tarjeta. En teor铆a, las medidas preventivas de lavado de dinero deber铆an dificultar el uso de efectivo para las transacciones diarias. Obviamente no hay sido el caso.