El Debate de la Recesi贸n

En todos los pa铆ses, los funcionarios niegan la existencia de una recesi贸n a pesar de lo que dicen las cifras. Sin embargo, son los primeros en se帽alar los mismos indicadores cuando estos marcan una recuperaci贸n y m谩s todav铆a si es una buena expansi贸n. En principio, hablar bien de la econom铆a y las perspectivas es parte de su trabajo. Si no lo hacen ellos, 驴qui茅nes?

Los medios y algunos analistas utilizan dos trimestres consecutivos de ca铆da en el PIB como definici贸n de una recesi贸n. Sin embargo, no es su definici贸n sino m谩s bien una regla de aproximaci贸n. Est谩 documentado que lo de los dos trimestres fue una idea al vapor del economista Arthur Okun cuando 茅ste estaba al frente del Consejo Econ贸mico del Presidente Lyndon Johnson de Estados Unidos en 1967. En plena campa帽a electoral, exist铆a preocupaci贸n por la percepci贸n del p煤blico de que exist铆a una recesi贸n. Okun introdujo la idea como una f贸rmula sencilla para convencer a la gente de que no estaban t茅cnicamente en recesi贸n. Fue una decisi贸n arbitraria, sin fundamento te贸rico, que naci贸 como una idea interesante en una campa帽a pol铆tica para ayudar a que Johnson ganara las elecciones.

La definici贸n exacta de una recesi贸n fue establecida en la d茅cada de los 20 del siglo pasado por los economistas Wesley Mitchell y Arthur Burns, en el seno del Buro Nacional de Investigaci贸n Econ贸mica (NBER) en Estados Unidos. Esta instituci贸n es una organizaci贸n acad茅mica privada no lucrativa y sin afiliaci贸n partidista que se dedica a promover un mejor entendimiento sobre el funcionamiento de la econom铆a. La definici贸n original y correcta es de una ca铆da significativa de la actividad econ贸mica que se extiende por toda la econom铆a en su conjunto y abarca tambi茅n al estado del empleo (se puede consultar en www.nber.org/cycles/). No se usa directamente al PIB para su determinaci贸n (ya que es de frecuencia trimestral), sino espec铆ficamente al ingreso real, el empleo, la producci贸n real y las ventas al menudeo y al mayoreo (todos indicadores mensuales).

Investigaciones posteriores en el NBER, conducidas principalmente por el economista Geoffrey Moore (fundador del Instituto de Investigaci贸n de Ciclos Econ贸micos, ECRI), encontraron que la mejor forma de reproducir los ciclos econ贸micos y as铆 aproximar las fechas de comienzo y fin de las recesiones era mediante la construcci贸n de 铆ndices compuestos de indicadores coincidentes, que consist铆an justamente de los indicadores antes se帽alados. El NBER decidi贸 establecer en 1978 el Comit茅 de Fechas de los Ciclos Econ贸micos y desde entonces, ha existido un proceso formal para anunciar los picos y valles de la actividad econ贸mica. Aunque el Comit茅 ha se帽alado que no utiliza una f贸rmula espec铆fica para determinar los tiempos, el 铆ndice compuesto de indicadores coincidentes replica de manera fiel todas las fechas reportadas por el NBER.

En el a帽o 2000 el INEGI desarroll贸 por primera vez el Sistema de Indicadores Compuestos: Coincidente y Adelantado (SICCA) con base en la metodolog铆a cl谩sica del NBER. Con estos indicadores se pudo determinar de manera exacta el comienzo y fin de las seis recesiones que tuvimos hasta 2010. No obstante, en noviembre de 2010 el INEGI decidi贸 cambiar de metodolog铆a y adoptar la escuela de los ciclos de crecimiento, empujado sobre todo por la OCDE. As铆 naci贸 el Sistema de Indicadores C铆clicos (SIC), que se utiliza de manera oficial para determinar los ciclos econ贸micos y las fechas de comienzo y fin de las recesiones.

Afortunadamente, el INEGI es hoy en d铆a una instituci贸n aut贸noma, que se dedica a divulgar indicadores bien hechos y confiables aun cuando no se帽alan lo que quieren las autoridades. Hasta cierto punto, no nos debemos de sorprender que los Secretarios de Hacienda y Econom铆a niegan las conclusiones irrefutables de lo que indican los indicadores del INEGI. Sin embargo, deben de tener cuidado en descartar las cifras del INEGI y en menospreciar su trabajo. Si los funcionarios principales del pa铆s nos dicen que los datos oficiales no son buenos, 驴entonces con qu茅 nos quedamos? Nos dicen que esperemos al n煤mero del PIB, que ese s铆 est谩 bien hecho. Pero entonces, 驴significa que el INEGI realiza indicadores correctos e incorrectos y el gobierno se encargar谩 de decirnos cu谩les son los buenos y cu谩les son los malos?

En vez de desacreditar al INEGI, los secretarios deber铆an admitir que aunque oficialmente seguimos en recesi贸n, 茅sta es muy ligera, a punto de tocar fondo y convertirse ya en recuperaci贸n. Lo m谩s importante deber铆a ser que se han establecido las bases para una expansi贸n s贸lida en los pr贸ximos a帽os.

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