Dentro del marco del Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM), el INEGI calcula y reproduce toda la contabilidad nacional, que incluye un sinnúmero de cuadros y tablas. Es una gama complicada de cifras en la cual todo tiene que cuadrar. Abarca una gran cantidad de conceptos que no están presentes en los indicadores de alta frecuencia (mensual y trimestral), sino limitados a cálculos anuales. Aquí es donde encontramos la desagregación del PIB por el lado del ingreso, que contiene la distribución factorial, el ingreso nacional disponible, el ahorro interno bruto, el origen y destino de la formación bruta de capital fijo y la contabilidad de sectores institucionales y cuentas satélites.
A nivel trimestral, el INEGI calcula el valor bruto de la producción y el consumo intermedio, cuya diferencia da el valor agregado (el Producto Interno Bruto). Un mes después, da a conocer la oferta y utilización total de bienes y servicios, también conocido como el cálculo por el lado del gasto. En estos cálculos, el INEGI utiliza una calendarización especial para la producción agrícola, ya que una sola cosecha típicamente abarca tres trimestres. Por lo mismo, tiene que hacer cierta asignación trimestral a una producción cuya naturaleza involucra mucho más tiempo.
Posteriormente (más de nueve meses después del cierre del año y casi siete de conocer el PIB trimestral), nos complementa esta información con los cálculos por el lado del ingreso, pero solamente a nivel anual. En este cálculo, utiliza un tratamiento distinto para el calendario de la producción agrícola, ya que busca compaginar las cosechas con un poco más de precisión. El problema es que el resultado final de este cálculo anual del PIB es distinto a la serie trimestral. Si comparamos las series existentes de 2003 a 2012, encontramos que el cálculo anual ha llegado a ser 10.4 mil millones de pesos menor al implícito en la serie trimestral (en 2011) y hasta 4.8 mil millones más (2010). En todos los casos, las tasas de crecimiento difieren en promedio por 6 centésimas, dentro de un rango de -0.13 a 0.09 por ciento. Dado que las diferencias son realmente pequeñas y se reportan sin mucha publicidad mucho tiempo después, la mayor parte de los analistas ni siquiera sin dan por enterados.
El 21 de agosto pasado, el INEGI dio a conocer las cifras del PIB del segundo trimestre y ratificó la tasa de crecimiento de 1.07 por ciento para 2013, que es el cálculo correspondiente que emana de la serie trimestral. Sin embargo, apenas tres semanas después divulga las cuentas nacionales de 2013 con periodicidad anual, en la que resalta que la tasa de crecimiento del PIB de 2013 fue 1.44 por ciento. Dos cosas sobresaltan a la vista: primero, el cálculo anual supera a la trimestral en 44.1 mil millones de pesos, más de cuatro veces el monto máximo anterior, mientras que la tasa de crecimiento aumenta 37 puntos base. Nunca habíamos observado (por lo menos de lo que yo estoy consciente) una discrepancia tan grande entre estas dos series. Lo segundo, es la manera tan extraña de reportarlo.
Cuando vi el comunicado de prensa del INEGI, lo primero que hice fue ingresar al Banco de Información Económica (BIE) para ver la discrepancia del cálculo anual respecto al trimestral. Cual fue mi sorpresa, que fue muy significativo. Regresé al boletín para leer la noticia y todavía con mayor sorpresa, encontré que la nota (que para mí era por mucho la parte más importante de la divulgación del cálculo anual) se remitió a la nota de pie de página número 13 de la página 6. En otras palabras, el INEGI revisa el crecimiento del año pasada a 1.44 por ciento (de 1.07 por ciento) y nos lo comunica en ¡una nota de pie de página!
En la misma nota, el INEGI aclara que la diferencia entre el cálculo trimestral original y la nueva tasa anual “se deriva principalmente de la información del sector financiero, donde el cálculo anual tiene una mayor cobertura de las transacciones financieras que el trimestral”. Estoy me hace creer que la corrección se incorporará a las cuentas trimestrales en la siguiente publicación, que está programada para el 21 de noviembre y no quedará permanentemente como discrepancia entre las series anuales y trimestrales. Sin embargo, por lo pronto tenemos dos tasas oficiales para el crecimiento del PIB de 2013: 1.07 y 1.44 por ciento. Si uno ingresa al BIE del INEGI, encontrará la primera tasa bajo “Producto Interno Bruto trimestral” en la sección de Indicadores Económicos de Coyuntura y la segunda bajo “Producto Interno Bruto total (Periodicidad: Anual)” en Cuentas Nacionales, Cuentas de Bienes y Servicios, 2008.
Después de realizar algunos comentarios al respecto en Twitter, recibí varias llamadas de diferentes medios para indagar un poco más en el tema. La nota creó tanta confusión, que uno de los reporteros me preguntó que si al caminar por la calle una persona me preguntara cuánto fue el crecimiento del PIB en 2013, ¿qué le respondería? Le dije que primero me daría mucha risa, esta confusión de tasas que genera el INEGI. Si se pudiera contestar como en un examen de opciones múltiples, la respuesta correcta sería las dos.