Dónde Quedó el Gasto Público

El pasado 12 de septiembre escribí sobre la tremenda confusión de tasas que trae el INEGI. Si no leyeron la nota, aquí está: http://arenapublica.com/blogs/jonathan-heath/2014/09/12/2222#.VBxTIlBU069.twitter. ¿Cuál fue la respuesta del INEGI? En vez de aclarar, vuelve a contribuir a la confusión. Es muy simple. Primero, el 21 de agosto mediante su comunicado de prensa del crecimiento del PIB del segundo trimestre de 2014, ratifica la tasa del PIB de 2013 de 1.07 por ciento. Segundo, el 11 de septiembre divulga los datos del PIB dentro del marco de las cuentas nacionales y avisa que se revisa al alza la tasa a 1.44 por ciento. Tercero, el 19 de septiembre publica la oferta y demanda global para el segundo trimestre, con cifras que dicen que el crecimiento del PIB en 2013 fue 1.07 por ciento. Ambas tasa son oficiales, por lo que México ha de ser el único país del mundo que reporta dos tasas distintas para el crecimiento económico.
No obstante, el último comunicado contiene otra noticia igual de interesante: a pesar de las constantes declaraciones de la Secretaría de Hacienda que presume de un incremento significante en el gasto público, las cuentas nacionales señalan una disminución. El INEGI calcula primero el PIB mediante el valor agregado, que resulta de la resta del consumo intermedio del valor bruto de la producción. Posteriormente, realiza los cálculos por el lado del gasto y así obtiene los componentes de la demanda agregada (consumo privado, gasto público, inversión fija bruta y exportaciones netas). La inversión fija bruta viene desagregada por privada y pública, lo que permite sumar el gasto público real más la inversión pública real para obtener el gasto público total. Las cifras revelan una historia distinta al discurso oficial de la SHCP.
Resulta el gasto público total disminuyó -2.0 por ciento en el primer trimestre y -0.2 por ciento en el segundo, ambas tasas a partir de las series ajustadas por estacionalidad y respecto al trimestre inmediato anterior. Si calculamos el gasto de la primera mitad de 2014 y lo comparamos contra la primera mitad de 2013, resulta que es -0.9 por ciento inferior. Sin embargo, debemos recordar que el gasto público disminuyó drásticamente en la primera mitad del año pasado como resultado combinado de un proceso de consolidación fiscal y de un subejercicio del gasto. El gobierno federal prometió un incremento significativo en el gasto en 2014, financiado en parte por una reforma recaudatoria y lo demás mediante una ampliación significativa en el déficit público. No obstante, las cifras oficiales del INEGI dicen que no es el caso. Aquí está la gráfica que muestra que el gasto público real del segundo trimestre de 2014 es el menor de los últimos 17 trimestres:
Por un lado, la SHCP presume de un gran gasto y por otro lado, las cifras dicen que se gasta menos. ¿Cómo explicar estas dos versiones tan contrarias? El gasto que reporta SHCP en su reporte mensual de finanzas públicas abarca solo el gasto federal, mientras que las cuentas nacionales incorporan el gasto público total, es decir, además del federal incluye el de los estados y municipios. Esto nos lleva a un primer hipótesis: la SHCP ha repartido recursos a los estados y municipios (por lo que ya lo apuntaron como gasto), pero resulta que ya sido una simple transferencia a los fondos locales, que todavía no se ejerce en obras físicas. Esto pudiera ser parte de la explicación, pero resulta difícil creer que los gobiernos locales están inundados de dinero y que no lo han aprovechado.
Una segunda hipótesis es que el gasto público simplemente no tiene mucho valor agregado. El hecho de que no pinta en las cuentas nacionales es porque es un gasto ineficiente, plagado de corrupción, burocracia y programas de nulo impacto (transferencias) sobre la actividad económica. Lo que sí queda obvio es que existe una clara falta de transparencia. Dado que el Poder Ejecutivo ha solicitado al Congreso un aumento significativo en el gasto para 2015, mediante todavía un mayor endeudamiento público, el tema debería manejarse como prioridad en la Cámara de Diputados, quién tiene la responsabilidad de aprobar el proyecto del presupuesto y gasto público para el año entrante.

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