El PIB es la medida más comprensiva de la actividad económica de un país y, por lo mismo, el mejor indicador de su comportamiento general y del tamaño en sí de la economía. Como consecuencia, es el rey de los indicadores económicos, el más citado y el que mejor da una imagen de la marcha macroeconómica en el momento. El INEGI acaba de anunciar que el PIB creció 0.5% en el primer trimestre del año. ¿Qué significa esta tasa?
De entrada, la cifra de 0.5% es el crecimiento de la actividad económica del primer trimestre respecto al trimestre inmediata anterior, calculado mediante la serie ajustada por estacionalidad. Se debe de tener cuidado con el dato, ya que no es como se presentaba anteriormente, ni es como se reporta el mismo indicador en Estados Unidos. Años atrás, cuando se hacía referencia a la tasa del PIB siempre se utilizaba la tasa anual, es decir, el crecimiento del PIB del trimestre respecto al mismo trimestre del año anterior, calculado con la serie original (no ajustada por estacionalidad). Aunque el INEGI también reporta esta tasa (4.6%), le pone más énfasis en la trimestral desestacionalizada, ya que piensa que es la que más interesa, o bien, la que más se debería utilizar.
En Estados Unidos se utiliza siempre tasas calculadas a partir de las series ajustadas. Es más, en muchos casos ni siquiera se da a conocer la serie original. Sin embargo, esta tasa la presentan anualizada, es decir, se eleva a la cuarta potencia y representa el crecimiento anual bajo el supuesto de que todos los trimestres del año tuvieran el mismo crecimiento. Por lo mismo, si queremos comparar nuestra tasa de 0.5% con la de Estados Unidos (que fue 1.8% para el mismo periodo), tenemos primero que anualizar la de 0.5% que nos da una tasa de 2.1%. De no saber esta diferencia, pensaríamos que crecimos menos que nuestro vecino, cuando en realidad tuvimos un desempeño ligeramente mejor.
La mayoría de los analistas en México prefieren enfatizar la tasa anual. Por ejemplo, la Dirección de Estudios Económicos de Banamex publicó una nota oportuna al conocer el boletín de prensa que emitió el INEGI. Los comentarios giran alrededor de la tasa anual de 4.6% y únicamente en el último párrafo menciona el crecimiento trimestral. Sin embargo, el análisis se enfoca en la tasa anualizada de 2.1% y en ningún momento menciona la cifra de 0.5%.
¿Por qué este juego de cifras? ¿Cuál es la buena? En realidad cada tasa nos dice algo diferente. Es como observar a un coche de diferentes ángulos; será el mismo vehículo, pero nos da diferentes perspectivas dependiendo como lo vemos.
De entrada la tasa anual nos habla del desempeño de cuatro trimestres; no se enfoca exclusivamente en el comportamiento del trimestre reportado. Matemáticamente, es lo mismo dividir el valor del trimestre entre el mismo periodo del año anterior, a multiplicar las cuatro tasas de crecimiento de cada uno de los trimestres. También es equivalente a un promedio móvil de los cuatro trimestres. Esto significa que la tasa anual va a subir o bajar no solamente en función del desempeño del trimestre bajo cuestión, sino si la tasa trimestral es mayor o menor a la misma tasa de hace un año. La mayoría de los analistas hablan del comportamiento del trimestre mediante la tasa anual sin hacer referencia a este hecho. Por ejemplo, dicen que mejoró el comportamiento de la economía ya que el primer trimestre creció 4.6%, ligeramente mayor al 4.4% del trimestre anterior. Sin embargo, el aumento se debió a que la tasa trimestral (de la serie original) de -4.3% fue mayor a la tasa de -4.5% de un año antes. ¿Esto qué nos dice del comportamiento del trimestre? En realidad, no mucho.
La tasa trimestral fue negativa básicamente porque siempre baja la actividad económica en el primer trimestre del año respecto al último trimestre del año anterior. Por lo mismo, para juzgar bien el comportamiento del periodo lo primero que tenemos que hacer es ajustar la serie para filtrar este efecto. En la jerga estadística esto se llama desestacionalizar, o bien, ajustar por la estacionalidad. A partir de la serie ajustada, volvemos a calcular la variación porcentual respecto al trimestre inmediata anterior y obtenemos la tasa de 0.5% (en vez de -4.3%). Esto nos dice que el desempeño del trimestre fue positivo. ¿Pero qué tanto?
Muchas veces una tasa que no es anual no es intuitiva. Por ejemplo, las tasas de interés siempre se cotizan en su equivalencia anual, aunque se refieren a un periodo distinto. La tasa de política monetaria, que es de 24 horas, se dice que es de 4.5%, sin embargo, realmente es algo así como el 0.01%. Un Cete de 28 días que se cotiza como 4.5%, es una tasa como de 0.34%. Se cotizan en su equivalencia anual para que sean más fáciles de digerir y su forma de interpretar es la tasa que resultaría si fuera de un año.
Lo mismo pasa con la tasa de crecimiento del PIB. ¿Qué nos dice la tasa de 0.5%? ¿Es elevada o muy baja? Para saber lo tenemos que anualizar. Si todos los trimestres de este año crecieran a la misma tasa, el crecimiento del año sería 2.1%, una tasa bastante mediocre. Es la tasa más baja de los últimos cuatro trimestres y la segunda más baja de los últimos siete. Al ver la tasa de esta forma, llegamos a la conclusión de que fue un mal trimestre y que la economía está en franca desaceleración. Es una afirmación muy distinta a que la economía mejoró ligeramente, que es lo que vemos si nos enfocamos en la tasa anual.
¿Dónde radica la desaceleración? Los tres sectores principales mostraron una tasa menor este trimestre respecto al anterior. El sector primario (agrícola) fluctúa mucho y únicamente representa 3.3% del PIB. El sector secundario (industria) viene desacelerándose desde mediados del año pasado y aunque todavía creció ligeramente más que el terciario (comercio y servicios), este último muestra una tendencia relativamente estable.
Hablaremos más del crecimiento en la siguiente semana…