El Banco de México dio a conocer su anuncio de política monetaria hoy viernes (14 de octubre), en el cual se mantiene el objetivo para la tasa de interés interbancaria en 4.5 por ciento. Ante el marco de un deterioro significativo del sector externo, admite que las perspectivas de crecimiento para la economía mexicana se han revisado a la baja. Aunque mantiene su postura expansiva actual, dice en forma muy explícita que podría hacer conveniente un relajamiento de la política monetaria en un futuro cercano. Esto significa que si hay algún movimiento en la tasa en los próximos 12 meses, será a la baja y ya no al alza como eran las expectativas anteriores.
Si vemos la encuesta de expectativas de analistas financieros que levante quincenalmente Banamex del 4 de agosto, observamos que el 100 por ciento de las instituciones financieras esperaban que el siguiente movimiento de la tasa sería hacia arriba. De los 21 participantes, todos salvo uno (Vector) pensaban que la tasa cerraría sin cambios en 2011, mientras que 19 anticipaban un aumento en 2012. Sólo dos (Deutsche e ING) esperaban que el próximo incremento se diera a principios de 2013. Por ejemplo, Banorte manifestaba su creencia de que habrá un aumento de 50 puntos base en marzo del próximo año y que llegaría a 6.50 por ciento antes del cierre de 2012.
La misma encuesta dos meses después (4 de octubre) señala ya cambios significativos en las expectativas. Aunque ocho instituciones todavía esperaban que el próximo movimiento fuera al alza, ya 10 decían que sería a la baja. De éstas, cinco anticipaban un relajamiento antes de terminar este año. Barclays y UBS pensaban que el Banco de México estaría anunciando hoy la primera baja. Únicamente Banorte y HSBC todavía anticipan un aumento antes del cierre de 2012, y sólo HSBC piensa que llegará a 5.0 por ciento.
¿Qué es lo que motivaría al banco central a disminuir su tasa objetivo? Un deterioro mayor en las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana y la “gran lasitud” monetaria en los principales países desarrollados. Dado la revisión a la baja en las expectativas de crecimiento para 2012, ¿por qué no la ha bajado todavía? El tipo de cambio reflejó una depreciación significativa del peso mexicano en los últimos meses a raíz del aumento pronunciado en la aversión al riesgo en los mercados mundiales. Una disminución en la tasa de interés haría todavía menos atractivo la inversión en pesos y podría propiciar todavía un mayor debilitamiento del peso. El banco reconoce que una dinámica adversa del tipo de cambio representa un riesgo al alza para la inflación. Si el tipo de cambio no se hubiera disparado tanto en septiembre, las probabilidades de un relajamiento monetario adicional hubieran sido mucho mayores.
Hace dos meses sólo tres (de 21) bancos anticipaban que el tipo de cambio pudiera cerrar este año por encima de 12 pesos, siendo el más pesimista apenas 12.25 (ING Bank). Ahora nadie lo ve por debajo de 12 pesos este año, aunque todavía siete instituciones piensan que habrá una apreciación significativa en estos siguientes dos meses para llevar al tipo de cambio por debajo de 12.50 antes del cierre del año. Cinco anticipan que quedará por arriba de 13 pesos en diciembre, mientras que siete lo ubican entre 12.50 y 12.87. Este amplio espectro de expectativas refleja la incertidumbre cambiaria actual, a tal grado que un banco (Scotiabank) de plano admite no tener la más mínima idea y prefirió no contestar.
Aunque también hubo una revisión a la baja en las perspectivas de crecimiento para este año, en realidad no fue tan significativa ya que sólo se disminuyó tres décimas. Incluso, seis instituciones todavía piensan que la economía podrá crecer lo mismo o más en la segunda mitad del año en relación al que observamos (3.9 por ciento) en la primar mitad. Hay un solo pesimista en serio (Vector), que prevé una disminución significativa en el PIB en el cuarto trimestre del 2011. En el otro extremo, tenemos a dos (Banorte y HSBC) que anticipan mayor crecimiento en 2012 que en este año.
El consenso de las instituciones que habrá una desaceleración marginal en la actividad económica en la segunda mitad de este año y menos crecimiento en 2012, pero todavía por encima de 3.0 por ciento; el tipo de cambio se apreciara en los siguientes tres meses para terminar en 12.50 y allí se quedará en 2012. Por último, se prevé que el siguiente movimiento del Banco de México será una reducción en su tasa objetivo y éste será antes del tercer trimestre de 2012.
Es importante señalar que esta expectativa era la que prevalecía en la semana anterior a este último anuncio de las autoridades monetarias. La referencia explícita a la posibilidad de un relajamiento ante un mayor deterioro de las expectativas de crecimiento, sugiere que las instituciones no han terminado de revisar sus expectativas. Lo más probable que habrá varias instituciones que no veían la posibilidad de una baja, ahora modifiquen su perspectiva.
Un relajamiento adicional de la tasa objetivo significa que veríamos un nuevo mínimo histórico para las tasas de interés nominales de corto plazo. De darse esta perspectiva, será interesante ver que pasará a la curva de rendimientos. Es posible esperar una disminución en las tasas de mayor plazo, pero difícilmente podríamos esperar una curva aplanada. Aun así, ante un relajamiento sin precedentes en nuestro país, ¿aumentará la inversión y el consumo privado? ¿Qué tan efectivo es la política monetaria en México para estimular, aunque sea en el corto plazo, el crecimiento económico?
Estas últimas preguntas ni siquiera las trataré de contestar.