Perspectivas Económicas 2012 – Parte I

Después de la crisis de 2009, cuando el PIB disminuyó 6.1%, la actividad económica rebotó 5.4% en 2010.  A pesar de la turbulencia mundial en la segunda mitad de 2011, la economía mexicana siguió creciendo, alcanzando una tasa estimada de 4.0%.  Aunque Estados Unidos no volvió a caer en recesión el año pasado, la evolución de su economía fue muy lenta.  En principio, esto debería haber afectado nuestras exportaciones y provocado un estancamiento.  Sin embargo, no fue así ya que terminamos el año relativamente bien.

Ahora el consenso entre los economistas que analizan las perspectivas económicas es que nuestra economía crecerá alrededor de 3.2% en 2012.  Esto implica una desaceleración importante respecto a los años anteriores.  El consenso que reinaba desde principios del año pasado hasta septiembre era de un crecimiento entre 3.8 a 4.0%.  Cuando empezaron las especulaciones sobre una posible crisis europea de deuda soberana y la reducción en la calificación de riesgo-país de Estados Unidos, la gran mayoría de los analistas revisaron sus proyecciones de crecimiento mundial a la baja.  En esos momentos se contemplaba mayores posibilidades de una recesión en Estados Unidos y por lo mismo, disminuyó el consenso acerca del crecimiento de la economía mexicana para 2012.  Desde octubre del año pasado a la fecha, el consenso acerca del PIB para este año ha fluctuado entre 3.2 y 3.3%.  En otras palabras, la razón del mayor pesimismo para este año proviene directamente de un entorno mundial mucho más complicado.

Si analizamos el desempeño de Estados Unidos en la segunda mitad del año, queda claro que no sólo no entró en recesión, sino que parece ser que sigue en buen camino su recuperación (lenta pero segura).  Las últimas cifras del ISM apuntan hacia una mejoría, la tasa de desempleo empieza a disminuir y los analistas norteamericanos han revisado al alza las perspectivas de crecimiento para 2012.  Sin que se espere un auge, ya hay muchos que hablan de un crecimiento de 2.5% o más.  Si a esto le añadimos un tipo de cambio que favorece ahora más a las exportaciones, todo parece indicar que, si bien no a ritmos tan espectaculares como el año pasado, nuestras exportaciones no petroleras podrán tener un buen desempeño este año.  Por ejemplo, los expertos de la industria automotriz señalan que todavía se mantienen buenas expectativas para las exportaciones hacia Estados Unidos.

La economía interna ha respondido relativamente bien al estimulo de nuestras exportaciones, mostrando un dinamismo superior a los años anteriores.  El mercado crediticio ya está creciendo y se prevé que podrá volver a ser un motor para la expansión del consumo privado.  La industria de la construcción también empieza a despertar después de un largo periodo de estancamiento.  El único componente de la demanda agregada que muestra poco dinamismo es la inversión privada en maquinaria y equipo.  Sin embargo, el conjunto de las variables sugiere que la economía interna podrá mantener su paso.

¿Cuál podrá ser el efecto del entorno mundial en México?  Todo sugiere que estamos relativamente bien parado para minimizar los efectos de una crisis europea, sin mayor daño salvo algún ajuste adicional en el tipo de cambio.

Si analizamos el crecimiento económico de años anteriores, encontramos que siempre mejora el crecimiento en el último año del sexenio.  No solamente tenemos un mayor gasto corriente de impacto inmediato derivado de las campañas electorales, sino además un esfuerzo gubernamental de terminar obras y acabarse el presupuesto antes del finalizar el sexenio.  ¿Será este año diferente?  No tenemos porque pensar lo contrario.

Todo lo anterior no lleva a cuestionar la desaceleración en la actividad económica que se ve reflejada en las proyecciones de consenso.  Los analistas revisaron sus números a la baja ante los posibles impactos en México de una posible crisis europea y de una recesión norteamericana.  Sin embargo, ya no se espera la recesión, sino incluso, una mejoría en los Estados Unidos.  También ya vimos que el impacto de la crisis europea no es tan grande y que nuestra economía interna podrá seguir por el mismo rumbo que ahora.  Por lo mismo, sin voltear al otro extremo, creo que debemos esperar un mayor crecimiento al 3.2% que sugiere el consenso.  Más bien, deberíamos retomar las perspectivas que existían antes de que se desatara la volatilidad externa en agosto del año pasado.  En otras palabras, creo que podemos esperar un crecimiento más cercano a 4 que a 3% para 2012.  Sin embargo, apenas llevamos un par de semanas del año y muchas cosas pueden pasar.

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