La Reforma Hacendaria

Después de crecer en promedio 4.3 por ciento por tres años, la economía mexicana entró en una ligera fase recesiva en 2013. Las razones son muy conocidas: la falta de demanda externa por nuestras exportaciones; la caída en las remesas; la crisis de la construcción; el subejercicio y consolidación fiscal del gasto público; la incertidumbre en torno a las reformas estructurales; y la merma en el poder adquisitivo de ciertos segmentos de la población.

No obstante, la economía tiene posibilidades de iniciar pronto una recuperación: la economía de Estados Unidos va mejorando y se anticipa crecimiento de 2.6 por ciento para 2014 (versus 1.5 por ciento este año); las remesas tocaron fondo en julio y crecieron por primer vez en 13 meses en agosto; la construcción debe estar tocando fondo y pronto deberá mostrar algo de dinamismo; el gobierno estar por instrumentar una política fiscal expansiva vía mayor déficit en lo que resta del año y en 2014; la incertidumbre de las reformas pronto quedará despejado; y el Banco de México ha intensificado su política expansionista para proveer mayor aliento a la economía. No necesariamente esperamos una recuperación boyante, pero lo suficiente para dar por terminada la recesión.

Igualmente, hemos señalado los riesgos que quedan en el camino. Como casi siempre, el entorno externo representa uno de los principales, ya que nuestro dinamismo está atado a la demanda externa. No obstante, Obama ya resolvió el problema del cierre de su gobierno y logró extender el techo de la deuda pública a enero. Los especialistas ya piensan que el debacle entre los demócratas y republicanos se ha atenuado y que ya no representará el mismo peligro al comenzar el año. No podemos garantizar mayor crecimiento de nuestras exportaciones, pero definitivamente ha mejorado el panorama.

Sin embargo, en esta ocasión los mayores riesgos no son externos, sino internos. Desde que observamos la propuesta de reforma hacendaria que propuso la SHCP, vimos su potencial para reducir el ingreso personal disponible de casi todos los hogares que colaboren en el sector formal y para desalentar las inversiones productivas de las empresas en una gama amplia de sectores. Dijimos que la propuesta significaba una redistribución de recursos productivos de empresas que crean empleos a segmentos de la sociedad que contribuyen poco o nada a la actividad económica. Crea incentivos perversos para permanecer en el sector informal e incluso, para abandonar el formal. Desalienta la inversión extranjera en muchas áreas y pone frenos serios a la actividad exportadora (en especial a la maquila). Advertimos que de aprobarse, quitaría recursos a los que más contribuyen a la actividad económica.

Después de algunas modificaciones en la Cámara de Diputados, vimos su aprobación y envío a la de Senadores. Por lo pronto, podemos decir que no es una reforma hacendaria propiamente dicha, sino un conjunto de acciones fiscales recaudatorias con un alto impacto recesivo. No combate la informalidad, tiene una carga tributaria regresiva, se esconde detrás de acciones falsas como el combate a la obesidad, carece de sustento técnico, recurre a un déficit mucho mayor de lo que presume, desalienta la inversión productiva y crea una carga fiscal difícil de financiar en el futuro.

A pesar de sus sobradas críticas, la reforma sí contiene algunas medidas que podrán ser positivas en los mediano y largo plazos. Sin embargo, difícilmente se puede encontrar algo salvable en el corto plazo, es decir, algo que ayudará a la economía en su recuperación, o bien, que evitara que se sumerge en una recesión más profunda. Por lo pronto, el FMI emitió su veredicto: la economía mexicana apenas crecerá 3.0 por ciento en 2014, casi un punto porcentual completo menos de lo que pretende el gobierno. El mayor impulso vendrá de un mejor entorno externo, pero aminorado por la política recesiva del gobierno. Habrá más inflación, alimentada por incrementos en los precios al consumidor de los refrescos y de ciertos alimentos, del incremento del IVA en la zona fronteriza y por el impulso continuo al precio de la gasolina. Los hogares se sentirán lastimados por mermas en su ingreso personal disponible y en su poder adquisitivo.

La mayoría de los analistas que estudian las perspectivas económicas no han terminado por asimilar el impacto recesivo de la reforma. Pero lo más seguro es que así como ocurrió a lo largo de 2013, vamos a ver revisiones a la baja a lo largo del año en la medida en que los indicadores se vayan conociendo.

4 comentarios en “La Reforma Hacendaria”

  1. Bastante completo su articulo Doctor, porque esa vision del gobierno de no implementar reformas que mejoren otros sectores como la economia informal que se vive en el pais o reformas en contra de la corrupcion no? Excelente analisis.

  2. Sr.Heat Me podria decir cual es el PIB de mexico para 2013 y 2014 en pesos y en Us$.
    Esta pregunta la he planteado a muchos analistas financieros y no me la pueden responer.
    Gracias por su atencion.
    Saludos.
    Mac

  3. Quisiera que abundara respecto a cuál habría sido la reforma fiscal ideal: ¿Qué quiere decir con que esta es sólo recaudatoria y además regresiva? Cuáles serían los cambios que el Senado debiera realizar para tener una mejor reforma?

    Muchas gracias

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