Artículo IV

Cada año, un equipo de economistas del Fondo Monetario Internacional visitan a México para examinar el desarrollo económico y financiero y discutir las políticas económicas con el gobierno y el banco central, dentro de un proceso llamado “Consulta del Artículo IV”. Al terminar, el FMI emite su reporte que luego se da a conocer al público. Lo primero que hice fue leer por encima el boletín de prensa emitido en conjunto por la SHCP y Banxico y me pareció muy similar a algo escrito por el Banco, con muchas flores a la estabilidad macroeconómica del país. Sin embargo, después de leer con más cuidado el reporte completo, encontré muchas críticas y observaciones agudas de sumo interés.

De entrada, me llamó la atención de que mientras que casi todas las encuestas de consenso señalan igual o más crecimiento económico en 2018 que 2017, el FMI anticipa una desaceleración. También ve que el crecimiento promedio de mediano plazo del país estará alrededor de 2.7 por ciento, prácticamente igual al que hemos experimentado este sexenio (el promedio de los cuatro primeros años es de 2.6 por ciento), suponiendo que tengamos un TLCAN 2.0 exitoso. De forma muy explícita, dice que la alta corrupción y la debilidad del estado de derecho siguen limitando nuestras posibilidades de crecimiento. Opina que existe la necesidad de mejorar la eficiencia y calidad del gasto público y que sería muy recomendable tener un consejo fiscal independiente, bien fondeado para asegurar la responsabilidad fiscal.

El FMI subraya el hecho de que después de la aprobación del Pacto para México hace cinco años, no ha aumentado el crecimiento económico. Las reformas de energía, telecomunicaciones, fiscal y financiera tienen avances, pero falta llevar a cabo las de educación, mercado laboral y proceso judicial. El escrito recuerda que el gobierno estimó que el crecimiento económico estaría entre 4 y 5 por ciento con las reformas estimadas, en contraste con las proyecciones actuales del organismo de 2.7 por ciento, casi igual al promedio de los últimos 20 años.

El reporte reconoce que México ha instrumentado muchos programas para abatir la pobreza entre 1997 y 2016, pero básicamente dice que no han servido para mucho, ya que señala que la pobreza y la inequidad del ingreso permanecen elevadas. Señala que la tasa de pobreza nacional va en aumento en los últimos años y que dominan las desigualdades regionales. Señala el problema de informalidad, mientras que dice que la corrupción es muy alta y extendida. Recomienda al gobierno otorgar más prioridad en reformas que puedan reducir la corrupción, mejorar la seguridad, fortalecer el estado de derecho y bajar la informalidad, ya que son obstáculos importantes a la inversión y al crecimiento.

Hubo un momento en mi lectura que de plano me puse a reír. En forma elegante, el FMI critica la política de comunicación y transparencia del Banco de México. Dice que las minutas que publica el Banco son excesivas y llenas de discusiones repetitivas. Incluso, incluye una gráfica que compara el número de palabras promedio de las minutas publicadas por los bancos centrales de México, Chile, Colombia y Perú, para mostrar que Banxico pone casi lo doble que Chile, cinco veces más que Colombia y como 10 más que Perú. También señala que la información que transmita el Banco es mucho menos efectivo en México comparado con otros países, ya que no ayuda mucho a predecir decisiones de política futuras. Implícitamente, le dice a la Junta de Gobierno que echan demasiado rollo y que sus discusiones son aburridas. Termina por sugerir que Banxico podría fortalecer su política de comunicación y transparencia para mejor el anclaje de expectativas e incrementar la eficacia de la política monetaria. Pues ya le dejó tarea al futuro Gobernador.

Al final de cuentas, es un buen reporte, balanceado, que resalta lo bueno, sin dejar de señalar las faltas y con recomendaciones bien fundamentadas. Realmente no dice nada nuevo o algo que no sabíamos. Por ejemplo, pone el dedo en la llaga al enfatizar que el gobierno tiene que emprender a fondo una lucha verdadera contra la corrupción, algo que prácticamente toda la sociedad reclama a gritos. Pero ahora lo dice muy formalmente el FMI, uno de los organismos internacionales de mayor peso. Ojalá que no solamente lo lean nuestros políticos, sino que pongan en práctica las recomendaciones.

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