El propósito de este libro es llevar a cabo un repaso de los indicadores económicos principales de México que sirven, de manera específica, para analizar la coyuntura y sentar las bases para entender las perspectivas macroeconómicas del país. Esto significa que hay muchos indicadores económicos que no se examinan y otros que ni siquiera se mencionan, aunque contribuyen al análisis de la economía mexicana. Sin embargo, dado que el enfoque se concentra en la coyuntura, se ha limitado la cobertura a aquellos que son de frecuencia mensual y de interés macroeconómico. Por lo mismo, no se incluyen los regionales, hay limitada consideración de aspectos sectoriales y no abarca temas estructurales como pobreza o distribución del ingreso. No es que los indicadores que no se incluyen carecen de importancia, sino simplemente no abarcan el tema central considerado en el libro.
La idea es realizar una revisión práctica del tema para que los interesados en él puedan aprovechar el vasto acervo de estadísticas que existe en el país, sin la necesidad de profundizar en teorías o aspectos metodológicos. Por lo mismo, se buscó limitar hasta donde se pudo el uso de matemáticas o ecuaciones complicadas. Al mismo tiempo que se describe cada indicador, se procuró colocarlo en el contexto coyuntural y, así, explicar la evolución reciente de la economía. Esto llevó a un uso intensivo de gráficas.
El libro no sólo busca explicar los principales indicadores económicos, sino repasar los antecedentes de cada uno y su historia reciente, para saber cómo se debe analizar, cómo encaja en el ciclo económico, cómo se debe interpretar y su consistencia con otros indicadores. También, busca resaltar los pros y contras de cada indicador para conocer sus ventajas y limitaciones. En este sentido se ofrece una crítica constructiva que puede o no coincidir con las apreciaciones de otros analistas, funcionarios y los generadores mismos de las estadísticas pero que, por lo menos, puede tomarse en cuenta.
Existe más de una docena de libros similares que versan sobre la economía de Estados Unidos (aunque casi todos menos ambiciosos que este). Pero lo más importante es que no había uno sólo que se enfocara específicamente sobre la economía mexicana. Esto llevó a que muchos estudiantes y analistas pensaran que nuestros indicadores eran idénticos en ambos países. Sin embargo, un examen a fondo nos lleva a descubrir diferencias significativas, que si no los consideramos, podemos llegar a conclusiones erróneas o por lo menos no muy precisas.
Por ejemplo, uno de los errores más comunes es la simple comparación de las tasas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de México con el de Estados Unidos, sin darse cuenta que las de nuestro país típicamente son tasas del trimestre respecto al mismo periodo del año anterior a partir de series originales, mientras que las del vecino del norte se refieren a tasas respecto al trimestre inmediato anterior mediante series desestacionalizadas. Muchos analistas ya conocen esta diferencia básica, por lo que ya existe un uso más extensivo en nuestro país de las series desestacionalizadas. Sin embargo, el INEGI tiene la costumbre de presentar las tasas en forma simple, mientras que en Estados Unidos existe la práctica de anualizarlas para que su lectura refleje lo que sería el crecimiento en un año a partir del comportamiento en el trimestre.
Pero todavía existen más diferencias entre ambos países que dificultan las comparaciones. Por ejemplo, en 2009 la economía norteamericana disminuyó 3.5%, mientras que la mexicana cayó 6.0%. Muchos economistas han realizado análisis comparativos muy extensos de los efectos de la recesión en ambos países, llegando a la conclusión de que el impacto en México fue mayor a pesar de que la crisis originó en Estados Unidos. Sin embargo, resulta fundamental considerar los efectos que tuvo el virus H1N1 sobre la actividad económica en México. Se desconoce el impacto exacto, pero se estima que pudo haber contribuido con por lo menos dos puntos porcentuales (o más) en la caída del PIB en el año, por lo que el impacto de la crisis externa no fue tan grave en México como aparece.
Pero la comparación merece un análisis más a fondo, ya que si Estados Unidos hubiera tenido un incidente similar, el impacto hubiera sido muy diferente debido a que la manera de medir el PIB en Estados Unidos difiere a México. Mientras que en Estados Unidos se mide el PIB mediante la suma de los ingresos, en México se hace mediante el cálculo del valor agregado. Cuando el virus ocasionó el cierre de miles de negocios, cayó significativamente el valor agregado al no entregarse servicios, pero como muchos salarios fueron pagados a pesar de los cierres, no se registró una disminución igual en los ingresos.
Cada capítulo del libro contiene consideraciones fundamentales. Se aclara que las definiciones que utiliza el INEGI para describir las etapas del ciclo económico difieren a las de Estados Unidos. Se cuestiona la utilidad del contar con el Indicador de Ingresos Agregados por Servicios Prestados por el Sector Privado no Financiero. Se analizan los mitos que existen alrededor de la tasa de desempleo en México y la forma equivocada de difundir los resultados. Se discute las inconveniencias de “normalizar” índices de difusión para que un mes dado se iguale a 100.
El libro contiene 13 capítulos en adición a la introducción. El capítulo 2 contiene un repaso de aspectos conceptuales y estadísticos que sirve de base para los capítulos posteriores. El Capítulo 3 describe los ciclos económicos, que sirve como referencia general para el análisis macroeconómico. Los siguientes dos capítulos (4 y 5) analizan los dos indicadores más importantes: el PIB y la tasa de desempleo abierto urbano. El siguiente apartado abarca la mayoría de los indicadores complementarios a la actividad económica. El capítulo 7 toca el tema del ahorro y la inversión, mientras que el 8 profundiza en los indicadores del sector externo. El 9 examina la familia de indicadores conocidos como de difusión y el 10 toca el tema de la inflación. Los últimos cuatro capítulos cubren los mercados financieros, las finanzas públicas, los indicadores de riesgo-país y las encuestas de expectativas.
En si la obra funciona como libro de texto para cursos de último año en las carreras de economía, finanzas, contabilidad, administración y otras afines. También sirve como referencia a los iniciados en la tarea de analizar y entender a la macroeconomía mexicana.