La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) anunció que la producción de vehículos ligeros en el país registró un máximo histórico al llegar a 266,424 unidades en enero de este año. Esta cifra ya coloca a México por encima de Brasil como el máximo productor de automóviles de América Latina. También reportó que la exportación de este tipo de vehículos llegó a 204,907 unidades en el mismo mes, lo cual significa un incremento de 15.2 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. La AMIA dice que es el mejor nivel histórico de exportaciones para un mismo mes (enero), pero lo más importante es que el promedio de los últimos doce meses llegó a 222,489 unidades, que es un nuevo máximo histórico para un periodo similar.
Podemos apreciar la recuperación del mercado de exportaciones al observar que el nivel actual de los últimos doce meses representa un crecimiento de 123.6 por ciento respecto al nivel observado en noviembre de 2009, que fue el peor mes en lo que fue la gran depresión de hace seis años. El impulso de las exportaciones mexicanas de automóviles proviene fundamentalmente de más líneas de producción a partir de la reestructuración que hubo en la industria automotriz de Estados Unidos como resultado de la recesión. Ahora producimos muchos automóviles en México para exportar a Estados Unidos, que antes se producían en ese país. Sin embargo, el crecimiento actual ya no proviene exclusivamente de ese factor, sino de una recuperación en forma del mercado automotriz de nuestros vecinos: la venta de vehículos ligeros en Estados Unidos aumentó 13.7 por ciento en enero respecto al mismo mes del año anterior.
México ha aprovechado muy bien el crecimiento desorbitado en las ventas de vehículos en Estados Unidos. Sin embargo, nuestras exportaciones no han crecido tanto como las de Corea del Sur (18.8 por ciento) y las de “otros” países (19.9 por ciento). Incluso, las ventas de automóviles producidos en Canadá y Estados Unidos aumentaron 17.1 por ciento. Los países que han pedido mercado son principalmente Alemania con una disminución en ventas de -9.0 por ciento y Japón con una caída de -0.4 por ciento. No obstante, lo más importante es que el mercado estadounidense en sí está mostrando mucho dinamismo y lo estamos aprovechando.
Resulta interesante ver la descomposición por países de nuestras exportaciones. Mientras que aumentó 15.2 por ciento en el último año, exportamos 35.8 por ciento más a Canadá, 20.5 por ciento más a Chile y aumentos muy grandes (pero a partir de bases muy pequeñas) a Italia (1244.6 por ciento) y a Arabia Saudita (157.4 por ciento). En cambio, hemos visto disminuciones a Argentina (-61.3 por ciento), Brasil (-18.4 por ciento), Colombia (17.1 por ciento), Alemania (-10.1 por ciento) y China (-5.0 por ciento). Se debe considerar que estas cifras solo abarcan la exportación de vehículos terminados, por lo que faltan los vehículos pesados (como tractocamiones) y todo lo que representa la industria de autopartes (que representa alrededor de la mitad del mercado).
Las exportaciones de la industria automotriz son claves para México, ya que representa casi una tercera parte de las exportaciones no petroleras del país. Son uno de los motores de crecimiento más importantes del país, ya que inyecta dinamismo a la economía interna, que no ha mostrado un buen desempeño en los últimos dos años. Sin embargo, la mejor noticia que reporta la AMIA ahora no es de la producción total o de las exportaciones, sino de las ventas al mercado nacional. Después de alcanzar niveles máximos en 2006, el mercado interno sufrió un descalabro mayor en la recesión de 2008-2009, que mantuvo deprimido las ventas por muchos años. Entre que las autoridades permitieron la importación de coches chocolates y después autorizaron la importación de vehículos chatarra, en México la compra de automóviles nuevos per cápita llego a niveles muy por debajo de otros países como Argentina y Brasil.
Afortunadamente, la venta de automóviles ha crecido a dos dígitos en los últimos siete meses y ahora en enero alcanzó una tasa anual de 21.3 por ciento. Por primera vez en ocho años, el promedio móvil de doce meses registró un nuevo máximo histórico, es decir, la venta de los últimos doce meses rebasó en enero por primera vez la venta máxima que se había alcanzado en noviembre de 2006. Esta noticia es extraordinaria, ya que representa un dinamismo importante de la economía interna, que como todos saben, bien nos hace falta. Pudiera representar el comienzo del mayor crecimiento tan anhelado. ¿Será?