A partir del viernes, 15 de julio de este año, el INEGI asume formal y legalmente la responsabilidad total de la elaboración de los índices de precios del país. Aunque el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) tiene su origen en 1968, el Banco de México empezó con el quehacer de construir índices en 1929, a los pocos años de su fundación en septiembre de 1925. Por lo mismo, nuestro banco central deja atrás ésta tarea después de 81 años. El único traspaso parecido fue cuando el Banco de México cedió la responsabilidad del cálculo de las cuentas nacionales al precursor del INEGI en 1978, que en aquel entonces eran cifras anuales.
Se dice que este proceso duró un poco más de tres años, desde que arrancaron los trabajos de los grupos interinstitucionales de ambos organismos. Pero en realidad estamos hablando de un periodo de casi 18 años, desde que la exposición de motivos de la Reforma Constitucional para otorgarle la autonomía al Banco de México (que se aprobó a fines de 1993), decía que la responsabilidad de elaborar los índices nacionales de precios no podría permanecer en el Banco Central porque no debería ser juez y parte en la determinación de la inflación.
Aunque para la mayoría de la población, este traspaso es irrelevante o bien, pasará en el olvido, ya sido tema arduo de discusión de muchos economistas en las últimas semanas. Participo en por lo menos cuatro foros formales de discusión mensuales más otros informales en los cuales el tema se ha puesto a discusión. Sí, existen dudas en cuanto a la integridad del INPC y su futuro mediato.
En lo personal, pienso que la entereza y probidad del índice están completamente a salvo. No sólo vimos un trabajo profesional de ambas instituciones en todos los ámbitos del proceso, sino que el INEGI arranca su trabajo con personal experimentado y capacitado, con los mismos sistemas ya probados del Banco y con la metodología original, comprobado y recomendado. El 100 por ciento de los investigadores de precios que tenía el Banco de México, que son alrededor de cien personas que se dedican a recopilar los datos cada quincena, están en la nomina del INEGI desde febrero de este año. Esto garantiza que la materia prima no sufrirá cambio alguno. El INEGI también incorporó a 15 personas de los mandos medios y directivos de Banxico encargados de la elaboración de los índices. Cuando sale el dato de inflación de la primera quincena de julio (el próximo viernes 22), tendremos la misma información que antes y una continuidad completa de los datos.
Más bien las dudas se concentran en otros lados. En primera instancia está el análisis cotidiano de la inflación, que es de suma importancia para los mercados por el impacto inmediato que el indicador. El portal del INEGI incorpora todo el material que antes teníamos disponible en la página de Banxico: el banco de datos, los documentos metodológicos, las ponderaciones y herramientas como la calculadora de inflación y la consulta gráfica. Sin embargo, el Banco de México nos daba un análisis detallado no solamente del dato, sino del proceso inflacionario en sí. Sabemos que el INEGI no brinda análisis de sus indicadores, sino simplemente reporta indicadores en un comunicado de prensa que se limita a decir que si subió o bajo.
Aquí es importante señalar que si bien el Banco de México pasó la tarea de construir los índices de precios al INEGI, se queda íntegramente con el compromiso de estudiar y comunicar el análisis de la inflación. La política monetaria y la responsabilidad de la estabilidad de precios permanecen en el Banco, lo que significa que si va seguir funcionando la política actual de objetivos de inflación (inflation targeting), se tiene que asegurar que los mercados entienden perfectamente bien el origen de los incrementos en precios y las intenciones de las autoridades monetarias, para anclar las expectativas de inflación. Uno de los puntos centrales de la política monetaria actual es la comunicación y por lo mismo, el Banco de México tiene que seguir emitiendo su anuncio de política monetaria ocho veces al año, las minutas de la Junta de Gobierno, su reporte trimestral sobre la inflación, el informe anual, su programa monetario y cualquier otra comunicación que ayuda en el proceso de entender el fenómeno de la inflación.
El único medio de comunicación que cede el Banco es el boletín de prensa quincenal en el cual se da a conocer el dato mismo. Este comunicado es muy importante para los mercados, ya que contiene aspectos analíticos que no se encuentran en los boletines del INEGI. El Banco no sólo nos daba la cifra en sí, sino que nos explicaba muchos aspectos que nos ayudaba a entender el origen mismo de la inflación en el momento y contribuía a la formación de expectativas, parte sumamente importante de la misma política monetaria. Si el INEGI decide cambiar el formato del boletín, simplificar la explicación y no ofrecer un análisis completo al público, será responsabilidad del Banco de México y no del INEGI asegurar que tengamos toda la información.
Debemos recordar que el Banco cuenta con una Dirección General de Investigación Económica con un equipo amplio y completo de los mejores economistas del país, que se queda en esa institución. El INEGI incorporó a muchos directivos y expertos en sus filas, pero no de esta área. No cuenta ni contará con la misma capacidad de investigación y análisis que tiene el Banco porque no asume esta responsabilidad.
La siguiente duda radica en el futuro de los índices, ya que el INEGI piensa incorporar algunos aspectos nuevos que podrán tener impactos significativos. El inmediato es el cambio de base de índice de precios al productor. Aquí no debería existir problemas, ya que el INEGI trabajó muy de la mano con el Banco en la misma actualización que se hizo al INPC hace como seis meses. El cambio más interesante viene con la introducción de una nueva encuesta continua de gasto, que conoceremos a partir de agosto de este año. A partir de esta encuesta, el INEGI contará con información para cambiar más seguido las ponderaciones de los índices, que están en función del patrón de gasto de la población. Será interesante ver los detalles de esta encuesta que no sólo ayudará al INEGI a entender el comportamiento del gasto de los hogares más a fondo, sino también brindará a la Condeval información más oportuna para las estimaciones de pobreza en el país.
En el muy corto plazo no debemos esperar muchos cambios por el cambio de estafeta. Sin embargo, habría que estar atentos más adelante.