La tasa de 1.51 por ciento de inflación para la primera quincena de enero fue la más alta para cualquier quincena desde principios de 1999, es decir, en 19 años. Fue resultado primordialmente del famoso “gasolinazo”, que explica casi 82 por ciento del incremento. Con este incremento la inflación anual subió a 4.78 por ciento, que es la más elevada que hemos visto desde la segunda quincena de 2012. Al ser mayor de 4.0 por ciento, se sale del intervalo de variabilidad que mantiene el Banco de México alrededor de su objetivo puntual de inflación y así termina la racha más larga (49 quincenas) que habían logrado las autoridades monetarias en contener el alza de precios. Incluso, podemos pensar que tuvimos algo de suerte, ya que los precios de las frutas y verduras disminuyeron -3.31 por ciento en la misma quincena, lo que ayudó a que la tasa quincenal no fuero todavía más elevada.
El gobierno ya amenazó que va continuar con más gasolinazos, por lo que podemos pensar que este año terminaremos con la tasa de inflación más elevada de los últimos ocho años y con un poco de mala suerte podría ser la más alta de los últimos 17 años. En 2008 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) terminó el año con un incremento de 6.53 por ciento, mientras que en 2000 tuvimos una inflación de 8.96 por ciento. Si excluimos esos dos años, hemos experimentado una inflación promedio de 3.96 por ciento en los últimos 17 años; en cambio, si los incluimos el promedio sube a 4.40 por ciento.
¿En cuánto terminará la inflación este año? La última encuesta quincenal de instituciones financieras que levanta Citibanamex, señalaba una consenso (mediana) de 4.84 por ciento. La institución más optimista es Barclays, siendo la única que piensa que va disminuir rápidamente la inflación en el resto del año para terminar por debajo de 4.0 por ciento (3.90 por ciento). De hecho, ni siquiera el Banco de México es tan optimista. La institución más pesimista es BBVA Bancomer, que anticipa una tasa de 5.97 por ciento a final de año. Sin embargo, esta encuesta se realizó dos días antes de conocer la tasa de la quincena y todas las instituciones esperaban una tasa más baja de la que se divulgó. De hecho, el consenso para la quincena era de apenas 1.04 por ciento. Dado que la inflación arrancó el año por arriba de lo anticipado por todos, es casi un hecho que habrás revisiones al alza en las expectativas de prácticamente todas las instituciones.
Obviamente, el factor más importante en el año será el precio de la gasolina. Sin embargo, este precio podrá ser la mecha de una bomba de incrementos en precios. No solamente afecta el precio de la gasolina a muchos productos y servicios al incrementarse el costo del transporte, sino que es un precio muy visible, que da entrada a incrementos en otros precios de mercancías y servicios que ya sentían presión pero que no se habían aumentado ante la situación económica del país. El hecho de que el tipo de cambio haya aumentado más de 60 por ciento en los últimos dos años, significa que hay un traspaso pendiente en muchos precios. Incluso, varios analistas ya están hablando de la posibilidad de que la inflación pudiera rebasar el nivel del 8.96 por ciento que observamos en el 2000.
Hasta ahora el traspaso del tipo de cambio a la inflación ha sido sumamente bajo. Los precios que más han subido son los de las mercancías de alimentos, bebidas y tabaco, que ya rebasaron 5.0 por ciento en la primera quincena de enero. Sin embargo, los precios de las mercancías no alimenticias solo han subido 4.13 por ciento, siendo que son justamente los precios más susceptibles al incremento en el tipo de cambio. Sin embargo, el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) señala una inflación superior al 8 por ciento en los costos de las empresas, lo que nos hace pensar que tarde o temprano veremos más productores trasladando estos incrementos al consumidor. El gasolinazo podría ser justamente lo que provoca este fenómeno.
La expectativa de mayor inflación llevará necesariamente al Banco de México a instrumentar una política monetaria todavía mucho más restrictiva que la actual, un elemento adicional que señala dificultades para el crecimiento económico este año. Por lo pronto, 2017 pinta como el año de menor crecimiento y mayor inflación de este sexenio. Sin embargo, todavía queda 2018.