Durante cuarenta años (de 1942 a 1981), la economía mexicana creció a una tasa promedio anual de 6.3%. En cambio, en los 30 años posteriores (de 1982 a 2011), el crecimiento disminuyó a 2.2%. Aunque fueron los desequilibrios observados en los sexenios de Echeverría y López Portillo los que terminaron con la larga racha de crecimiento, los gobiernos subsecuentes no han vuelto a encontrar una fórmula que nos regrese a la senda del crecimiento sostenido. Al contrario, las últimas tres décadas se han caracterizado por crisis recurrentes y crecimientos muy bajos.
Cuando la economía crecía a tasas elevadas, la mayoría de la población estaba contenta con el partido en el poder. Sin embargo, tres sexenios de crecimientos pobres bastaron votar por otro partido. Después de un lento arranque con el PAN en el poder, se le concedió una segunda oportunidad. Pero ahora a un año de concluir este sexenio, vemos que los números simplemente no han mejorado; mientras que el crecimiento promedio de 1982 a 2000 fue 2.4%, el de 2001 a 2011 disminuyó a 1.9%.
Sin lugar a dudas, el peor sexenio fue el de De la Madrid. No sólo se caracterizó por una muy alta inflación, sino por un crecimiento promedio anual casi nulo de 0.3%. Carlos Salinas alcanzó una tasa promedio de 4.0%, que aunque fue por debajo de los promedios de antaño, ya sido mejor que los resultados posteriores. De hecho, a partir de entonces hemos visto que el promedio sexenal ha disminuido en forma consistente. Ernesto Zedillo vio una tasa de 3.5%, a pesar de la crisis de 1995 (la peor desde la Gran Depresión de los años 30). Vicente Fox experimentó una desaceleración hacia una tasa de 2.1%, prácticamente la mitad de la que se registró con Salinas.
Con el crecimiento de 3.9% para 2011 que acaba de dar a conocer el INEGI, Felipe Calderón ha producido una tasa promedio de 1.5% en cinco años. De cumplirse el consenso de crecimiento para 2012 de 3.3%, observaremos de nuevo una disminución en el promedio sexenal a 1.9%. Pero aun bajo un escenario más optimista, es casi imposible que Calderón logre un promedio mejor que su antecesor. Tendríamos que crecer 5.2% en el 2012 para que sus números pudieran superar (por centésimas) al desempeño de Fox.
El PRI presume del milagro mexicano de crecimiento sostenido que obtuvo de 1942 a 1981 de 6.3%. Sin embargo, el promedio anual de crecimiento a lo largo de los 71 años en el poder fue de 4.6%, ya que entre 1929 y 1940 el crecimiento fue de 2.0% (afectado por la Gran Depresión) y entre 1982 y 2000 fue de 2.4%. Pero aun así, los números del PRI son mejores que los del PAN en sus once años, de 1.9%.
Donde Calderón produce mejores números es en la consolidación de la estabilidad macroeconómica, que se refleja en tasas de inflación bajas, equilibrios externos y fiscales, mayor acumulación de reservas internacionales y un tipo de cambio flexible que ya funcionado muy bien para contrarrestar los embates externos. Por ejemplo, aun considerando un ligero repunte en la inflación en 2012, la tasa promedio de este sexenio se ubicará alrededor de 4.4%, por debajo del promedio de 4.7% de Fox y la más baja desde que existe esta versión del Índice Nacional de Precios al Consumidor (1969).
Sin embargo, la baja inflación no es mérito de Poder Ejecutivo sino de un banco central autónomo desde mucho antes de que llegara Calderón a la presidencia. Los equilibrios externos son méritos del régimen cambiario flexible que se introdució en 1995. El equilibrio fiscal, que sí es atribución directa del gobierno federal, ha experimentado un deterioro notable desde 2007, cuando volvieron a aparecer los déficits crónicos (medido mediante el balance económico tradicional y los requerimientos financieros totales del sector público) y el balance primario se volvió negativo por primera vez después de sostener un superávit por 20 años consecutivos. Incluso, de mantener el rumbo actual en la finanzas públicas, pudierámos anticipar problemas crecientes dentro de unos años.
Por demás interesante este breve análisis de nuestra historia en ámbitos económicos y financieros. Me gustaría aún más que se pudiera complementar la información, poniendo en contexto la situación económica internacional prevaleciente, y como ello pudo haber limitado o favorecido el crecimiento en la economía mexicana. Seguramente que el efecto de la globalización de los mercados ha sido mucho más determinante en las últimas décadas. Sugiero pues poner en contexto a México con otros países desarrollados o emergentes, esto en las últimas 4 ó 5 administraciones. Reitero mi respeto y reconocimiento a este trabajo que nos presenta. Enhorabuena!