El jueves, 1 de marzo, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) dio a conocer los resultados del Indicador IMEF correspondientes a febrero. El indicador manufacturero desestacionalizado aumentó a 55.1 de 54.0 en enero, siendo el nivel más elevado desde agosto de 2006. La tendencia-ciclo del mismo registró un nivel de 55.0, casi alcanzando el máximo histórico observado entre febrero y abril de 2006 cuando llegó a fluctuar entre 55.2 y 55.3. Después de haber descendido a 51.4 en septiembre del año pasado, el nivel más bajo observado desde septiembre 2009, la tendencia de este indicador ha marcado una clara tendencia ascendente por cinco meses consecutivos a partir de octubre.
El Indicador IMEF manufacturero anticipó claramente la desaceleración de la economía que se observó en el último trimestre del año pasado. Sin embargo, nos está diciendo ahora que la desaceleración no durará mucho y que en los siguientes meses debemos anticipar una reactivación de la actividad económica. Su comportamiento va muy en línea con los indicadores económicos de Estados Unidos, que empezaron a mejorar a partir de octubre y desde entonces hemos visto una revisión continua al alza de las expectativas de crecimiento para este año para su actividad económica.
La noticia es muy importante, ya que responde a la inquietud que todavía tienen la mayoría de los economistas en México de que la desaceleración de la actividad económica puede sostenerse en el transcurso del año y que el crecimiento del PIB apenas alcanzará 3.3%. A pesar de la alta correlación que existe entre las dos economías, el consenso de crecimiento en México no ha cambiado en los últimos meses mientras que el de Estados Unidos ha mejorado significativamente.
Si observamos el PIB de los dos primeros trimestres del último año de cada sexenio en las últimas dos décadas, encontramos un mayor crecimiento comparado con los trimestres anteriores y posteriores. La explicación radica en el aumento en el gasto público dirigido a las campañas electorales. Por razones que a mí no me quedan claras, la mayoría de los economistas piensan (¿ingenuamente?) que este año será la excepción y que no habrá impulso alguno en la economía. A pesar de la mejoría de Estados Unidos, del buen camino que lleva la economía interna y del derroche del gasto electoral, piensan que la actividad económica seguirá desacelerándose.
El INEGI produce un indicador similar al del IMEF llamado el Indicador de Pedidos Manufactureros (IPM), cuya serie no sólo coincide con el del IMEF, sino que también ha mostrado tendencias muy parecidas salvo dos excepciones. La primera fue hacia fines de 2006 cuando el IPM empezó a anticipar una aceleración en la actividad económica, mientras que el Indicador IMEF apuntalaba correctamente una desaceleración. La segunda es ahora; mientras que el Indicador IMEF nos dice que la economía se va reactivar, el IPM dice que la desaceleración continuará todavía por un buen rato. Ambos indicadores registraron un máximo en el primer trimestre de 2011 para después marcar una tendencia a la baja. Sin embargo, el Indicador IMEF llegó a su punto mínimo en septiembre y a partir de octubre muestra una tendencia positiva, mientras que el IPM tiene ya doce meses consecutivos con una tendencia negativa.
Dado que son mensajes contrarios, ¿a cuál le hacemos caso? Si uno piensa que la mejoría en la actividad económica de Estados Unidos y el gasto electoral no tendrán ningún efecto sobre la economía mexicana, podrán optar por hacerle caso al IPM. De lo contrario, si piensa que sí son factores importantes, entonces el mensaje que nos da el Indicador IMEF hace más sentido. El tiempo nos dira…