El INEGI anunció el viernes pasado el comportamiento del PIB para el primer trimestre de este año. A pesar de que los datos estuvieron más o menos en línea con lo que se esperaba, los reportes, comentarios, observaciones y análisis de las cifras han sido muy confusos, a tal grado que una reportera le preguntó a SHCP que si el país ya se encontraba de nuevo en recesión.
Una buena parte de la confusión nace del hecho de que se combinaron efectos de calendario con una desaceleración en la actividad económica. Pero posiblemente el mayor barullo nace del hecho de que se reportaron muchas cifras: 0.83%, 2.23%, 0.45%. 1.83%, 0.59% y 2.37%. ¿Cuánto crecimos? Escoge el número que quieras.
A partir de esta algarabía de números, hemos visto que algunos reportaron el menor crecimiento para un trimestre desde que empezó la recuperación a mediados de 2009; unos han dicho que estamos al borde de una recesión; otros explican una tasa muy baja simplemente por la Semana Santa; y no falta la interpretación de la revisión a la baja de la expectativa de crecimiento de SHCP como algo verdaderamente preocupante. Pero, ¿qué realmente podemos decir de este primer trimestre? ¿Estuvo tan mal?
El primer número reportado (0.83%) es la tasa anual, es decir, el crecimiento del trimestre respecto al mismo periodo del año anterior. Esta tasa habla del comportamiento de los últimos cuatro trimestres, por lo que no se puede utilizar para analizar el trimestre en sí. Esta tasa puede subir o bajar independientemente de lo que pasó en el periodo y peor aún, puede moverse en función de lo que pasó antes del periodo bajo cuestión. En este caso, resultó una tasa muy baja porque la Semana Santa del año pasado fue en el primer trimestre (y además 2012 fue año bisiesto), pero si se fijan bien la tasa no abarca ese periodo. Desafortunadamente, es la tasa más utilizada pero la menos indicada para analizar el trimestre en sí.
Sabiendo que existe la distorsión de la Semana Santa en la tasa anual, la segunda tasa (2.23%) corrige la serie original para compensar por los efectos de calendario. Se debe interpretar como cuánto hubiera sido la tasa anual si no hubiera diferencia de calendario de un año a otro. La diferencia con la primera tasa nos da una buena idea del efecto de la Semana Santa, pero al final de cuentas sigue siendo una tasa anual, es decir, abarca cuatro trimestres de crecimiento.
La tercera tasa (0.45%) es respecto al trimestre anterior, a partir de la serie desestacionalizada. Es mucho mejor reflejo de lo que pasó en el trimestre tal cual. De inmediato vemos que es mayor a la del tercer trimestre del año pasado (y del primero de 2011), por lo que no podemos decir que es la peor de los últimos tres años (desde que empezó la recuperación). La cuarta tasa (1.83%) es simplemente la anualización de la anterior (elevada a la cuarta) y es la que debemos utilizar para comparar nuestro crecimiento con el de Estados Unidos. Es lo que resultaría de crecimiento en un año si todos los trimestres fueran iguales. Básicamente nos está diciendo que crecimos este trimestre un poco menos de la mitad de lo que crecimos en los últimos dos años.
Obviamente es mejor utilizar la tasa trimestral (desestacionalizada) que la anual para entender el comportamiento del trimestre en sí. Sin embargo, siempre existe un componente de “ruido blanco” o movimiento aleatorio en el comportamiento de la economía, que en un momento dado también puede distorsionar nuestra lectura. Si observamos la conducta de la actividad económica a través del tiempo, encontramos subidas y bajadas alrededor de una tendencia, que puede ser a la baja o al alza (o lateral). En otras palabras, no porque un periodo se desacelere (o al revés) significa que la economía va en esa misma dirección. Por lo mismo, es importante fijarnos en la tendencia en sí y para eso nos presenta el INEGI la quinta tasa (0.59%). La sexta (2.37%) es simplemente la anualización de la anterior.
Al analizar la tendencia encontramos algo que casi nadie ha mencionado: nunca ha dejado de crecer la economía (la tendencia siempre ha sido al alza desde que empezó la recuperación), pero parece ser que tocamos fondo en el tercer trimestre del año pasado (en términos de la tasa de menor crecimiento desde el primer trimestre de 2009) y a partir de entonces existe una pequeña mejoría en la tendencia alcista. En otras palabras, la desaceleración que empezó a mediados de 2011 llegó a su fin en el tercer trimestre de 2012 y en los últimos dos trimestres tenemos ya una aceleración (aunque muy pero muy modesta).
Magnífica explicación, como ya es costumbre sobre temas relevantes de nuestra economía.
Muchas gracias por el blog, ojalá se mantenga por mucho tiempo