Ayer se reportó que la inflación fin de periodo de 2011 fue 3.82%. ¿Fue buena cifra? En principio sí, no sólo porque estuvo dentro del rango de variabilidad alrededor del objetivo puntual de 3% del Banco de México, si también por ser la tercera tasa fin de periodo más baja de los últimos cuatro décadas. Todavía no llegamos a una tasa promedio de 3% en el país, pero parece ser que nos vamos acercando poco a poco.
El objetivo del banco central es tener una inflación que en promedio se ubique en 3% y que tenga oscilaciones confinadas entre 2 y 4%. Este objetivo es permanente, es decir, para todos los meses de todos los años y no sólo para fin de año. En este sentido, para juzgar los esfuerzos de las autoridades monetarias, deberíamos enfocarnos en la inflación promedio y no en la de fin de año.
En este año en especial, la tasa anual de inflación se ubicó por debajo de 4% a lo largo de todo el año. Es más, la inflación acumulada en los primeros nueve meses fue tan sólo 1.19%, que de haberse mantenido ese mismo ritmo, el fin de año hubiera quedado en 1.59%. A pesar de que se registraron mayores aumentos en los últimos tres meses del año (2.60% en tres meses), aun así la inflación se ubicó por debajo de 4% en diciembre. Por lo mismo, es un poco injusto juzgar al Banco por un par de meses de aumentos mayores, cuando se contuve la inflación muy bien durante la mayor parte del año.
En otras palabras, deberíamos juzgar al Banco por su inflación promedio (3.41%) y no por la de fin de año (3.82%). En este caso, la tasa de 3.41% fue la más baja desde que existe el índice nacional de precios al consumidor, cuya primera versión fue base 1968 y tenemos tasas a partir de 1969. Por lo mismo, debemos reconocer 2011 como el mejor año de resultados inflacionarios desde que el Banco de México es un organismo autónomo con plena responsabilidad de la estabilidad de precios.
No obstante, no podemos decir que se ha ganado la batalla. En primer lugar, el objetivo es situar la inflación promedio en 3.0% y no en 3.4%. Segundo, la tendencia actual de la inflación es al alza y existen algunas presiones que pudieran entorpecer el camino hacia el objetivo en 2012. Primero, tenemos la presión que ha ejercido la depreciación del peso a partir de agosto, cuando el tipo de cambio aumentó sustancialmente. El mayor costo de las importaciones ha ejercido presión sobre los precios de muchas empresas que han tenido que sacrificar márgenes de ganancia en situaciones difíciles. Dado que no parece que el tipo de cambio se va revertir en 2012 (por lo menos no en una manera significativa), estas presiones serán permanentes.
Segundo, hemos observado aumentos sustanciales en los precios de los alimentos, de los energéticos y de los bienes agropecuarios, muy por arriba del resto de precios del INPC. Aunque en el corto plazo los aumentos más llamativos son los agropecuarios, en especial, los de los precios de frutas y verduras, la tasa anual (fin de año) todavía se encuentra en terrenos negativos. Esto significa que aunque los precios han aumentado mucho últimamente, todavía no regresan a los niveles que tenían hace un año. Sin embargo, dado que los aumentos obedecen a problemas de sequias, es posible esperar disminuciones más adelante.
Los precios de los energéticos obedecen en buena parte a las presiones mundiales. A pesar de incrementos significativos, el recio de la gasolina en México sigue siendo menor que en Estados Unidos (y más todavía en comparación a Europa). Aquí sí debemos esperar que siguen los aumentos mensuales, ya que no hace sentido que el gobierno subsidia estos precios y desvíe fondos que pudieran aplicarse en programas sociales, de asistencia pública o infraestructura.
Posiblemente, los aumentos que más preocupan son los de los alimentos, no sólo porque son de los que más han subido, sino por su impacto sobre la distribución del ingreso. Los estratos económicos de menor ingreso le dedican mayor parte de su ingreso a los alimentos, por lo que el impacto sobre su poder adquisitivo es mucho mayor. El incremento en estos precios no sólo obedece a problemas internos de nuestra economía, sino que también proviene de las presiones mundiales.
Independientemente de los comentarios aquí vertidos, resulta divertido realizar una lectura de los diferentes medios en torno a la noticia de la inflación, ya que salen una cantidad interesante de errores, imprecisiones y confusiones. Primero algunos errores.
Pedro Ferriz comentó en su programa de Imagen Informativa que “no hay que olvidar que el objetivo que busca el banco central es de 3% más menos 0.5. No es cierto, ya que el objetivo es de más menos 1.0%.
Francisco Nuñes en El Economista 51 dijo que “los precios promedio al consumidor en México bajaron 1.5% entre diciembre del 2010 y el mismo mes del 2011”. A parte de que los precios no bajaron, sino lo que bajó fue la inflación (los precios aumentaron aunque a un ritmo menor), por más restas que aplico a los resultados, en ningún lugar me da 1.5%. Cuestión de aritmética.
Marco Antonio Mares de Formula Financiera dijo que el INEGI dio a conocer los resultados de inflación de enero, pero las cifras son de diciembre.
Ezra Shabot de Noticias MVS dijo que “la tasa anual de inflación se sitúa ya para todo 2011 en 3.82%, mayor que la del año pasado”. Sin embargo, la del año anterior fue 4.40%, por lo que fue menor y no mayor.
Ahora las imprecisiones. Adela Micha en Imagen Informativa dijo “que la tasa anual de inflación al cierre del año fue del 3.82%, la segunda más alta de los últimos 12 meses”. Sin embargo, la tasa anual fue la más alta (no la segunda) del año. Fue la tasa mensual fue la segunda más alta del año.
Ciro Gómez Leyva de Milenio Noticias dijo “que ahora finalmente cumple con la meta del Banco de México”. Sin ser demasiado rigorista al señalar que el objetivo puntual es 3%, nos podemos imaginar que se refiere al rango de variabilidad de 2 a 4%. Pero no puede decir que “finalmente”, dando a entender que nunca antes, ya que es el cuarto de nueve años en que la inflación se ha situado por debajo de 4% y 45 de los últimos 108 meses. Esto implica un porcentaje de bateo bastante bueno de 0.417.
Denise Maerker en su programa radiofónico Atando Cabos dijo que “en diciembre se registró una variación de 0.82%, la más elevada de los últimos 11 años, por supuesto respecto al mismo mes del año anterior”. Sin embargo, por supuesto que NO es respecto al mismo año anterior, sino respecto al mes inmediatamente anterior. También habría que enfatizar que es la más elevada para cualquier tasa mensual registrada en diciembre, ya que de lo contrario, tenemos que la tasa del mes anterior (noviembre) fue más elevada (1.09%).
Macario Schettino de El Universal dijo que con este resultado el Banco “ha cumplido en cinco de los últimos diez años” con su meta. En realidad, ha cumplido en cuatro (2005, 2006, 2007 y 2011) y estrictamente hablando, tendría que decir en cuatro de los últimos nueve años, ya que El objetivo de 3% empezó a partir de 2003. La meta en 2002 fue de 4.5% (que no se cumplió).
Finalmente una confusión. Enrique Hernández de La Nación dijo que son la tasa anual de 3.82%, se “sobrepasó la estimación del Banxico que la había ubicado en una tasa de 3%. El 3% es el objetivo del Banco, lo cual no hay que confundir con la estimación. La última estimación del Banco, publicada en su informe trimestral a principios de noviembre era de una rango entre 3 y 4%. Si tomamos el punto medio del rango, podemos aproximar su estimación en 3.5%.