La Encuesta y los Censos

En las últimas semanas, el INEGI ha dado a conocer dos de sus productos más importantes (y caras): la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH) y los Censos Económicos 2014. La ENIGH, que se lleva a cabo cada dos años, sirve para calcular las ponderaciones de los precios en el INPC, para estimar el coeficiente de Gini que revela la desigualdad de la distribución del ingreso, para calcular los niveles de pobreza en el país, para conocer los patrones de gasto de las familias y como base para el diseño de muchas encuestas que se realizan en los hogares. Su objetivo principal es proporcionar un panorama estadístico del comportamiento de los ingresos y gastos en cuanto a su monto, procedencia y distribución. También ofrece información sobre las características ocupacionales y sociodemográficas de los integrantes del hogar, así como características de la infraestructura de la vivienda y de su equipamiento. Es una encuesta que recolecta información en 10,060 hogares en la República durante siete días consecutivos. Imagínense lo complicado de esta encuesta al tener a un entrevistador por toda una semana en casa.

Los Censos Económicos (CE) son la columna vertebral de las cuentas nacionales y el pilar para todas las encuestas a establecimientos que se levantan para la construcción de los indicadores económicos. Dado que es un censo y no una encuesta, en teoría se visitan a todos los establecimientos que existen en el país. El INEGI dice que alrededor de 25,000 personas visitaron a 5,303 localidades urbanas y recorrieron 1’456,390 manzanas para levantar la información. Al final de cuentas, encontraron 5’654,012 establecimientos en los cuales trabajan 29’642,421 personas. En cada lugar, se levantaron información sobre el tipo de organización de cada unidad económica, su periodo de operación, personal ocupado, remuneraciones, gastos, existencias, activos fijos, ingresos y valor de su producción.

Prácticamente sería imposible tener cuentas nacionales e indicadores económicos sin estos dos. A diferencia de los indicadores económicos que nos hablan de la marcha de la economía, la ENIGH y los CE describen la estructura económica del país. Realmente vale la pena visitar la página del INEGI para ver la riqueza de información que se genera mediante estos esfuerzos.

Dado que la ENIGH es una encuesta, se visita a una muestra de los hogares y de allí se infiere la totalidad. Sin embargo, se comparamos los ingresos totales de los hogares de esta encuesta con el ingreso disponible que reportan las cuentas nacionales, encontramos que los primeros solo alcanzan a la mitad de los segundos. De la misma forma, el cociente del gasto total de los hogares de la ENIGH respecto al consumo privado de cuentas nacionales es tan solo 0.54. También encontramos que los ingresos provenientes de otros países (remesas) que reporta la ENIGH para 2014 no llegan ni al 10 por ciento de lo que reporta el Banco de México. Dado que no cuadran las cifras, muchos analistas cuestionan los resultados.

El problema principal que tiene la ENIGH (y al igual que la mayoría de los países) es que es prácticamente imposible que los encuestadores entren a las casas de las familias más acomodadas del país. Si recordamos que Agustín Legorreta una vez dijo que eran 300 familias en México que controlan totalmente al país, podemos pensar que ni una sola de estas está incluida en la encuesta. Lo mismo podemos concluir de los CE en el sentido que difícilmente capta todos los establecimientos informales y menos los que se dedican a negocios ilegales (como el crimen organizado). No tenemos la información, pero podemos intuir que muchos de los últimos son de los negocios más prósperos de la economía.

¿Significa que los resultados no son válidos? El INEGI realiza un esfuerzo enorme en cubrir la gran mayoría de la actividad económica, pero tampoco puede hacer lo imposible. Sabemos que está subestimado el coeficiente de Gini y posiblemente el tamaño de la economía es algo mayor a lo que se reporta. Sin embargo, es parte de la naturaleza de la medición estadística, aquí y en todas partes.

Hay que estar atentos para mañana, jueves 20 de agosto, a las 8:00 a.m., cuando el INEGI dé a conocer el crecimiento del PIB para el segundo trimestre. ¿Qué se espera? Una tasa igual o menor a la del primer trimestre. Banxico ya reaccionó revisando a la baja su expectativa para 2015 a 2.1 por ciento (punto intermedio de su intervalo). La SHCP tendrá ahora que revisar su estimado. De que lo tiene que bajar, lo tiene que bajar. La pregunta es hasta dónde.

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