La Inflacion de la Primera Quincena

Dos días antes de que el INEGI dé a conocer las cifras de la inflación quincenal, Banamex levanta y publica una encuesta entre las instituciones financieras para conocer sus expectativas. En su encuesta del 20 de enero, resultó que el consenso entre las 24 instituciones que participaron era que la tasa de inflación general para la primera quincena de enero sería de 0.24 por ciento, en un rango de 0.09 por ciento (Finamex) hasta 0.50 por ciento (Scotia). La encuesta también señalaba que se anticipaba 0.16 por ciento para la tasa subyacente, dentro de un rango de 0.04 por ciento (JP Morgan y Vector) a 0.38 por ciento (Signum). Dos días después, el jueves 22 de enero, se dio a conocer que la tasa general de la quincena fue -0.19 por ciento y la subyacente -0.09 por ciento. En muy pocas ocasiones se ha equivocado el mercado en una magnitud tan grande. Por lo mismo, merece un análisis más exhaustivo que lo normal.
¿Qué pasó? ¿Por qué no se anticipó la caída? De entrada, lo que más disminuyó fue el precio del jitomate (-32.8 por ciento), que tuvo una incidencia de -0.204 puntos porcentuales en la disminución total. En la lista de los diez precios que más bajaron, también se ubicó el chile poblano (-4.7 por ciento), aunque su incidencia fue tan solo de -0.012. Esto empujó a que el subíndice de frutas y verduras bajara -2.6 por ciento con una incidencia de -0.199 puntos. La gran variabilidad de los precios de estos productos hace sumamente difícil anticipar la magnitud, el tiempo y la dirección, por lo que fue lo que más contribuyó a la sorpresiva disminución. Además, se debe contemplar la disminución como fenómeno temporal, ya que en algún momento volverán a subir.
Sin embargo, si el precio del jitomate no hubiera bajado, de todos modos la inflación general se hubiera ubicado alrededor de cero por ciento, todavía muy por debajo de la expectativa. Resulta que también disminuyó el subíndice de “otros servicios” en -0.99 por ciento, con una incidencia de -0.172 puntos. Aquí los precios que contribuyeron a la baja fueron los del servicio de larga distancia, tanto nacional como internacional, el servicio telefónico local fijo, el del transporte aéreo y los servicios turísticos en paquete. Aunque los precios relacionados a la telecomunicación deberían haberse incorporado en las previsiones (posiblemente salvo el telefónico local fijo), se pueden considerar como disminuciones permanentes. En cambio, los precios del transporte aéreo y de los servicios turísticos (que están relacionados) obedecen a un comportamiento estacional; suben al empezar vacaciones y bajan a su conclusión, lo que significa que son variaciones temporales.
Posiblemente uno de los precios que aumentaron fue el responsable del margen de error en muchos de los analistas: el precio de la gasolina magna subió 1.9 por ciento en la mayoría del país. Sin embargo, a nivel nacional (ya ponderado por variaciones en la zona fronteriza), se registró un incremento de tan solo 0.9 por ciento, con una incidencia de 0.041. Pero la disminución de -2.1 por ciento en las tarifas eléctricas tuvo una incidencia de -0.056 puntos, que terminó por neutralizar por completo el impacto de la gasolina. El subíndice de energéticos aumentó tan solo 0.03 por ciento y tuvo un impacto imperceptible en la tasa general de 0.003 puntos.
La misma encuesta de Banamex dice que las instituciones anticipan una tasa general de 0.41 por ciento para todo el mes; el rango de las previsiones va de 0.20 por ciento (Vector) hasta 0.89 por ciento (Prognosis). Dado que para llegar a la tasa mínima contemplada de 0.20 por ciento, la inflación de la segunda quincena tendría que ser superior a 0.31 por ciento, queda muy claro que todas las instituciones tendrán que realizar revisiones mayores a la baja. Hasta ahora, la única institución que he visto divulgar una nueva estimación es Banamex, que ahora anticipa -0.04 por ciento para el mes, lo que implica 0.19 por ciento en la segunda quincena.
No obstante, más que una nueva previsión para el mes, lo que realmente va ser interesante será ver si las instituciones van a modificar sus expectativas para todo el año. El consenso que existía hasta antes de conocer la sorpresiva tasa de la primera quincena, era de 3.40 por ciento. El rango era de 3.0 por ciento (Banorte y Nomura) hasta 4.22 por ciento (Scotia). Tendrán que considerar que la disminución en los precios agrícolas y los asociados al turismo son de carácter temporal, mientras que los de los servicios relacionados a la telecomunicación son permanentes. Por lo pronto, Banamex anunció que anticipa ahora 3.26 por ciento para fines de diciembre, en vez de 3.28 por ciento que tenía antes de conocer la tasa de la primera quincena. Esto significa que espera que las disminuciones no anticipadas de principios de año serán básicamente compensadas con incrementos adicionales a través del año. ¿Será la opinión del consenso?
Por lo pronto, los factores que más podrán contribuir a una disminución y a un aumento en la inflación anual siguen siendo los mismos. Pero no tenemos que entrar en detalle, ya que están especificados en mi penúltima entrada anterior de este mismo Blog de Arena Pública (titulado “Las Perspectivas de Inflación” del 9 de enero).

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