Antecedentes
Uno de los pilares elementales de la construcción de indicadores económicos de una economía es su sistema de clasificación industrial. Por “industrial” se entiende todos los sectores y actividades económicas en el país, incluyendo las actividades primarias, el comercio y los servicios. Un sistema de clasificación bien estructurado permite a los indicadores básicos reflejar con precisión la estructura económica del país, que industrias existen, que actividades se realizan, donde se encuentran ubicadas y cuáles son sus contribuciones al crecimiento económico.
En principio, los criterios de clasificación utilizados por cualquier país para la elaboración de sus estadísticas básicas deben seguir los lineamientos establecidos en las últimas versiones del Manual del Sistema de Cuentas Nacionales y la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU) de todas las actividades económicas. Las clasificaciones que ha utilizado México a través del tiempo siempre han sido congruentes con estos criterios: la actual (SCIAN) es comparable con la CIIU a nivel de sectores (dos dígitos).
El primer clasificador formal que utilizó México fue el Catálogo Mexicano de Actividades Económicas (CMAE), creado en 1960 y utilizado durante los Censos Económicos de 1961, 1966, 1971 y 1976 (con algunos cambios en cada versión). Después, se desarrolló la Clasificación Mexicana de Actividades y Productos (CMAP), generada para los Censos de 1981 y utilizada en los de 1986, 1989 y 1994 (también con algunas revisiones en cada caso). Sin embargo, a raíz de las negociaciones para el TLCAN, las dependencias gubernamentales de estadística de Canadá, Estados Unidos y México acordaron elaborar, de manera conjunta, un clasificador de las actividades económicas realizadas en América del Norte. De este esfuerzo nació el SCIAN, conocido en inglés como “The North American Industry Classification System” (NAICS), cuya versión original es la de 1997. El acuerdo incluye un esfuerzo de revisión quinquenal, por lo que se han desarrollado tres revisiones, en el 2002 y 2007 y ahora en 2013.
Las primeras discusiones se enfocaron en conocer a fondo las diferencias entre las tres economías y las formas tradicionales de clasificar actividades. Se encontraron varias sorpresas en cuanto a las concepciones básicas de algunas de ellas. Por ejemplo, se estableció que el sector “comercio” era muy diferente entre los tres países: mientras que en México se refería a la compra-venta de bienes sin transformación, en los otros dos abarcaba, también, unidades económicas pequeñas que se dedicaban a la transformación, donde el producto era vendido al consumidor final (como las panaderías y los restaurantes).
El acuerdo fundamental detrás del SCIAN es clasificar a las unidades económicas de acuerdo con su actividad principal, es decir, aquella que en un periodo de un año genere más ingresos, o en su defecto, la que más personal ocupe. De esta manera se define la función de producción de cada unidad como el criterio básico del sistema.
La idea de revisar el SCIAN cada cinco años es no sólo para mantener una clasificación actualizada en cuanto a los avances tecnológicos y estructura de las naciones sino, también, para aclarar y resolver problemas conceptuales. Por ejemplo, el sector 51 (Impresos), se ha modificado varias veces a raíz de los adelantos tecnológicos de Internet. Sin embargo, una de las revisiones consistió en separar la parte de servicios de la de producción, ya que el crecimiento del primero había rebasado al segundo, causando dificultades en clasificar un servicio en el sector manufacturero. A través del tiempo, se han encontrado problemas similares, como en la industria maquiladora (cuando todavía existía), en la cual había alrededor de 25 clases de actividades relacionadas con servicios, que no tenían valor agregado de producción, pero que estaban catalogados como manufactura. A partir de la base 1993 en el Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM) se clasificaban como servicios.
La estructura del SCIAN se compone de cinco niveles de menor a mayor desagregación: sector (dos dígitos), subsector (tres), rama (cuatro), subrama (cinco) y clase de actividad (seis).. Por tradición, el PIB se agrupa en tres tipos de actividades principales: primario (agrícola), secundario (industria) y terciario (comercio y servicios). El número de categorías en cada nivel de agregación bajo el SCIAN 2013 es:
Sector: 20
Subsector 94
Rama 303
Subrama 614
Clase 1057
El primer nivel de desagregación se forma por dos dígitos para distinguir cada sector. Cada subsector tiene tres, donde los primeros dos son los de su sector. Cada rama cuenta con cuatro, de los cuales los primeros dos son del sector y el tercero del subsector y así, sucesivamente, hasta llegar a las clases que tienen seis dígitos.
En principio, las clasificaciones tienen dos niveles fundamentales: el nivel (superior) trilateral, que resulta del acuerdo entre los tres países; y el nivel nacional, en el cual cada país puede introducir una desagregación relevante para su economía, pero que no tiene relevancia en los otros países.
La introducción del SCIAN trajo consigo muchos cambios en las clasificaciones que no sólo permiten la comparación con los otros países de América del Norte, sino que nos pone a la vanguardia de las clasificaciones internacionales. Sin embargo, no permite, en muchos casos, realizar comparaciones con cifras anteriores, en especial con las que existían antes de 1993
SCIAN 2013
Las negociaciones trilaterales para el SCIAN 2013 concluyeron en meses pasados y ahora el INEGI (al igual que cada país) abre el proceso para incorporar clasificaciones a nivel nacional. Esta consulta será del 15 de febrero al 15 de marzo, para después volver a tener una reunión trilateral en junio de este año.
Los cambios acordados fueron (netos): una rama menos en el sector 72 de “Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas”, tres subramas más en el sector 31-33 de “Industrias manufactureras”; un subrama más en el sector 52 de “Servicios financieros y de seguros”, un subrama menos en el sector 72 de “Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas”; una clase menos en el sector 31-33; una clase más en el sector 46 de “comercio al por menor”; una clase menos en el sector 51 de “Información en medios masivos”; una clase más en el sector 52; dos clases más en el sector 62 de “Servicios de salud y de asistencia social”; cinco clases más en el sector 72 (básicamente una clasificación más detallada de los servicios de restaurante); y una clase más en el sector 81 de “Otros servicios excepto actividades gubernamentales”. En síntesis, las agrupaciones antes y después son:
2013 2007
Sector: 20 20
Subsector 94 94
Rama 303 304
Subrama 614 617
Clase 1057 1049
La norma oficial del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG) establece que el SCIAN es el clasificador obligatorio para todas las estadísticas económicas de importancia nacional e indica que los cambios en el SCIAN deberán ser adoptados a más tardar en un plazo de tres años a partir de su publicación. Para su comprensión y para facilitar su implantación, el INEGI ha publicado un libro titulado “SCIAN 2013”, una Síntesis Metodológica del SCIAN, tablas comparativas y un buscador SCIAN en Internet. Todos estos instrumentos se encuentran en:
http://www.inegi.org.mx/sistemas/scian
Al mismo tiempo, el INEGI invita al público en general y a las unidades económicas que piensan que su clasificación podría mejorar, a someter sus comentarios y sugerencias al correo:
Indicador IMEF
Desde la creación del Indicador IMEF, el INEGI recomendó que el IMEF clasificara a todos los encuestados mediante el SCIAN, que apenas empezaba a utilizarse en México. De esta manera, el IMEF utilizó la clasificación SCIAN 1997 desde un principio y fue de los primeros indicadores en el país en hacerlo. Dado que la importancia fundamental era distinguir entre las actividades secundarias y terciarias para clasificar el encuestado en “manufactura” y “no manufactura”, los cambios realizados en el SCIAN 2003 y 2007 no fueron incorporados. Sin embargo, se recomienda al Comité Técnico del Indicador IMEF realizar una revisión cuidadosa a la clasificación que utiliza para ver si no es recomendable una actualización.
Este artículo es un resumen de la información proporcionada por el INEGI en torno a la metodología en consulta del proyecto, proporcionada en la reunión a la cual fue invitado el IMEF el pasado martes 19 de febrero de 2013.