El Poder Ejecutivo entregó al Legislativo, el pasado 8 de septiembre, los Criterios Generales de Política Económica para 2012, que acompaña al Proyecto de Presupuesto de Egresos y la Iniciativa de Ley de Ingresos para el próximo año. Los Criterios contienen las justificaciones del gobierno de las cifras que somete para su aprobación. Por ello, una parte esencial del documento es el marco macroeconómico de éste año y el próximo, ya que son los números sobre los cuales realizan sus proyecciones de ingresos.
Siempre resulta interesante analizar el marco que presenta el gobierno, pues, en principio, tiene su visión actualizada de la coyuntura y de las perspectivas de la economía. El reajuste de los números viene a buen momento, ya que hace un mes cambiaron drásticamente las perspectivas de la economía mundial, en especial las de Estados Unidos que nos afectan directamente.
A cuatro meses de que termine el año, el gobierno nos dice que prácticamente no habrá efecto alguno en el 2011. Si tomamos el marco macroeconómico que presentó en 2010, vemos que se esperaba una tasa de crecimiento del PIB de 3.8%, bajo el supuesto de que Estados Unidos crecería 2.8% y su producción industrial 4.4% (que es lo más relevante para nosotros). Ahora, un año después, revisa a la baja su previsión para nuestros vecinos, a una tasa de 1.6% para el PIB y 3.3% para su producción industrial. Sabemos la relación tan estrecha que tiene nuestra economía con la de Estados Unidos, por lo que esta revisión de más de un punto porcentual nos debería pegar muy duro.
La primera sorpresa es que no, pues, a pesar del escenario mucho más pesimista para la economía norteamericana, el gobierno espera un crecimiento de 4.0%para 2011, un par de puntos decimales mejor. Mientras que casi nadie anticipó la desaceleración marcada de la economía de Estados Unidos, queda en evidencia que nuestro gobierno opina que quedamos prácticamente inmunes. ¿El cierre de 4.0% para el PIB es realista ante este escenario?
Aunque hemos visto evidencia clara de una desaceleración en Estados Unidos, el desempeño de la economía mexicana no muestra lo mismo. El comportamiento del segundo trimestre fue mejor que el primero, a pesar del problema del suministro de insumos a raíz del tsunami en Japón. Los indicadores de comercio exterior apuntan a que el tercer trimestre terminará relativamente bien y la mayoría de los analistas esperan sólo una ligera desaceleración hacia fin de año. Pero, ¿será posible alcanzar el 4.0%?
Si analizamos la consistencia de un 4.0% para el año, con lo que ya pasó en la primera mitad del año y lo que implicaría para el crecimiento en los dos últimos trimestres del año, encontramos que para llegar a la cifra prevista, no se podrá experimentar una desaceleración. El 4.0% es consistente con un crecimiento de aproximadamente 1.0% en cada trimestre respecto al anterior (en términos desestacionalizados), que es prácticamente igual al desempeño que tuvimos en el segundo trimestre. Esto significa que el gobierno guarda mucho optimismo respecto a la actividad económica, en especial ante el hecho de que reconoce una desaceleración significativa en la de Estados Unidos.
Hace un año el gobierno nos dijo que creceríamos 3.8% este año y 4.2% el próximo. Ahora, después de cerrar en 4.0% este año, se corrige la cifra de 2012 a 3.5%. Parece que nos está diciendo que, aunque no nos pegó la desaceleración de nuestros vecinos este año, sí nos afectará el entrante. Si analizamos la consistencia trimestral, 3.5 es compatible con un crecimiento de 0.8% en cada trimestre, no muy diferente al desempeño trimestral de 2011. Si bien es una desaceleración, realmente es marginal.
¿Qué tan creíble es este escenario? La mayoría de los analistas de Estados Unidos concuerdan con la proyección de 1.6% de crecimiento en su país en 2011. El problema es más bien qué tanto podrá crecer nuestro vecino en 2012. No solamente existe la amenaza de volver a caer en una recesión, sino todos coinciden que el verdadero peligro se enfrentará en año entrante. Aun en el caso de que sólo habrá más desaceleración, todo apunta a que la demanda por nuestras exportaciones no petroleras será mucho menor en 2012 que lo que hemos visto en 2011. Las perspectivas actuales nos dicen que para mantener el dinamismo observado hasta ahora en la economía mexicana, necesitamos una recuperación en la de Estados Unidos en 2012. Sin embargo, es un escenario que se antoja difícil.
El motor de crecimiento de la economía mexicana en 2011 fue el de las exportaciones no petroleras. Tuvieron un buen desempeño y jalaron a la economía interna, a pesar de la desaceleración norteamericana. Parte de la explicación fueron las exportaciones de la industria automotriz, que fueron favorecidas por la reubicación de líneas de producción a México. No obstante, es muy probable que el crecimiento no se podrá mantener al mismo ritmo el año próximo. También tuvieron buen desempeño las exportaciones manufactureras no automotrices, a tal grado que México recuperó en 2011 parte del mercado norteamericano que había perdido en años anteriores. Pero ¿podremos mantener un dinamismo similar ante una desaceleración significativa en Estados Unidos?
El escenario que nos plantea el gobierno es bastante optimista, quizás no al grado de ser imposible, pero ante las circunstancias actuales no se antoja como lo más probable. Nos ayudará el hecho de que es año de elecciones, pero el entorno externo no será favorable. Posiblemente veamos más consumo privado en la primera mitad del año y una desaceleración constante en la exportaciones durante todo el 2012.
(Escrito el 9 de septiembre de 2011 para la revista Ejecutivos de Finanzas de octubre)