El Gobernador saliente del Banco de México, Agustín Carstens heredó al nuevo, Alejandro Díaz de León, un gran reto al dejarlo con la inflación más elevada de los últimos 17 años. Además, Carstens adquirió a través del tiempo una excelente reputación como banquero central, incluso a nivel internacional, mientras que Díaz de León era prácticamente un desconocido con escasa experiencia y todo por demostrar. Muchos señalaron que los zapatos que le dejaron eran demasiados grandes para que los pudiera llenar. Al finalizar febrero, Diaz de León cumple tres meses en el puesto. ¿Qué podemos decir al respecto?
Sin duda, el nuevo gobernador no se dejó intimidar por el puesto ni por la gran figura de su predecesor. Al los escasos dos semanas de haber arribado y ante su primera oportunidad (14 de diciembre), Diaz de León promovió un incremento en la tasa de política monetaria para anunciar una postura más restrictiva e incorporó en el anuncio una marcada preocupación de que existía un riesgo creciente al alza. Aunque si bien es cierto que Carstens había aumentado la tasa en cuatro ocasiones en lo que fue el año para un acumulado de 125 puntos base, el último incremento fue el 22 de junio. En sus últimos cinco meses dejó de mover más la tasa, mandando el mensaje de que la “burbuja” inflacionaria estaba bajo control. Sin embargo, no fue así, ya que la inflación siguió al alza y terminó el año en un nuevo máximo no visto desde que el Banco ha promovido la política monetaria conocida como “inflación por objetivos” (inflation targeting). En su segunda oportunidad (8 de febrero), Diaz de León volvió a incrementar la tasa de política monetaria y insistió en el tono restrictivo en el mensaje del anuncio.
En su último Informe Trimestral, Carstens mantuvo que el objetivo de inflación de 3 por ciento se volvería a obtener hacia finales de este año. En cambio, Diaz de León dejó claro que esa proyección no era creíble al incrementar la proyección oficial del Banco a 3.8 por ciento para fin de 2018, cifra mucho más cerca al consenso de los economistas que participan en la propia encuesta del Banco. Al mismo tiempo, en aras de una mayor transparencia, el nuevo Informe incorpora por primera vez proyecciones trimestrales de inflación, haciendo explícita la trayectoria anticipada de la inflación. En sus escasos tres meses, Diaz de León ha encarrilado el camino de la política monetaria para asegurar el abatimiento de la inflación y ha incorporado una mayor transparencia y más credibilidad. Más aun, en la presentación de su primer Informe Trimestral, Diaz de León superó por gran margen al maestro al rendir un reporte más ágil, menos aburrido y acartonado. Tomó aproximadamente la mitad del tiempo en desglosar su contenido y mostró ser mucho mejor expositor. Por lo pronto, tiene un 10 de calificación y ya empieza a superar a su antecesor.
¿Qué le falta por hacer? Mucho. Aunque la inflación empezó a disminuir en enero, un mes no marca una nueva tendencia. Ya que anunció una nueva trayectoria más realista y ahora trimestral, necesitará cumplirla para empezar a consolidar la credibilidad del Banco después de un año desastroso. Queda por responder a la crítica del Fondo Monetario Internacional de que las minutas de la Junta de Gobierno son excesivas, aburridas y de poca utilidad. Tiene el pendiente de mejorar la administración del Banco para reducir los gastos excesivos y el número inflado de funcionarios, al mismo tiempo que mejore la transparencia del manejo de sus recursos. También tiene el reto de incorporar plenamente a la nueva subgobernadora a la Junta en términos de no hacerla menos por cuestión de género y de no ser de trayectoria Banxico.
Por lo pronto va en buen camino. Por el bien de todos, le deseamos lo mejor en su tarea prioritario de abatir la burbuja inflacionaria y reestablecer la estabilidad del poder adquisitivo de nuestra moneda.